El cantante manda un recado a Montoro y dedica una canción a los trabajadores de RTVV

VALENCIA. Dio lo que su público esperaba, lo que los 8.000 fieles que congregó en la Plaza de Toros de Valencia reclamaban. Joaquín Sabina no decepcionó a ninguno de sus seguidores y reeditó sobre el coso de la calle Xàtiva su célebre trabajo 19 días y 500 noches con pulcra y apasionada profesionalidad, dentro de la gira 500 noches para una crisis, organizada al cumplirse quince años de la publicación de este disco.

Era pues una celebración nostálgica del pasado, y así lo entendió y pidió el numeroso público que se congregó ya desde primeras horas de la tarde en los aledaños de la Plaza de Toros. Con todas las entradas vendidas desde hacía semanas, el concierto de este sábado noche era jugar en casa. Y se producía 48 horas después de otro éxito similar en la Plaza de Toros de Alicante.

La cita de Valencia tuvo de especial el contenido político que el propio Sabina le quiso dar a la velada. No dudó en aludir al famoso caloret y cargar contra la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, a cuenta de su actuación durante la Cridà. Así, Sabina aseguró: "Yo aprendí valenciano en una escuela mejor que la de ella", afirmación que fue celebrada por los allí presentes.

No fue la única referencia política. En un momento dado, Sabina aludió también a las inspecciones fiscales que está recibiendo por parte del Ministerio de Hacienda. "¿Vosotros os sentís perseguidos por Montoro? Yo también", dijo. E igualmente tuvo palabras para los trabajadores de RTVV a los que les dedicó una canción, ‘Pastillas para no soñar'. Entre las dedicatorias, una muy especial al fotógrafo valenciano Flaco García Poveda, a quien mencionó antes de interpretar la canción 'Peces de ciudad'. 

Acompañado por una banda que encabezaba el guitarrista Jaime Arsúa, ex de Alarma!!!, aquel grupo que liderara Manolo Tena, y del que dijo Sabina que habían firmado los dos mejores discos de la historia del rock español, el cantante madrileño fue desgranando durante las dos horas y media que duró el concierto, bis incluido, temas harto conocidos por un público que los coreó con intensidad.

Junto a los de 19 días y 500 noches sonaron algunos clásicos del madrileño, como ‘Princesa' o ‘Luces de neón'. El concierto siguió casi de hecho el orden del disco y se inició con ‘Ahora que...'. ‘Barbi Superestar', antecedió a ‘A mis cuarenta y diez', momento en el que aprovechó para hablar de su ictus con naturalidad. Y después llegaron ‘Una canción para la Magdalena' o ‘Donde habita el olvido'.

El concierto concluyó con ‘La canción de los (buenos) borrachos' del disco Enemigos íntimos que grabó con Fito Páez y se celebró sin problemas pese a la amenaza de lluvia que rondó toda la noche la Plaza de Toros. El tiempo jugó en el bando del cantante y sus aficionados y les permitió disfrutar de la velada que querían.