Cultura y Sociedad

TELEVISIÓN

‘El objetivo',
la máquina de la verdad de Ana Pastor

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MADRID. Cada uno tendrá una opinión sobre la forma de hacer entrevistas de Ana Pastor, pero lo que nadie puede poner en duda es que en no pocas ocasiones ella ha sido más protagonista que sus entrevistados. Por eso no es de extrañar que su siguiente proyecto en España haya sido un formato más modesto en el que sólo se limita a decirnos qué es verdad y qué es mentira en este mundo, más o menos como el Papa.

No obstante, ‘El objetivo', que así se llama el programa, viene en cofre de periodismo de datos, algo poco conocido en este país porque tenemos un problema grave de transparencia y no precisamente porque nos hayan ocultado hasta ahora el precio de los gintonics en el Congreso.

Precisamente, ese, la transparencia, ha sido el tema que ha abierto la primera entrega del espacio que está llamado a ser la alternativa al exitoso Salvados mientras Évole se va a la playita. ‘El objetivo' desglosa asuntos de actualidad con un experto invitado para cada materia. Al final de los temas, con unos sonidos electrónicos futuristas que -advierto- inquietan a los felinos domésticos, sale un cacharro con lucecitas que indica si lo que dicen los políticos es verdad o mentira.

La comparación recurrente sería al viejo Julián Lago y su Máquina de la verdad. Pero hilando más fino, no sé si recordarán un programa de Telecinco en el que se situaba a un individuo en una silla delante de sus familiares y amigos y Emma García hacía preguntas como "¿Te limpiaste con la toalla del bidet después de hacer tus necesidades mayores en la comunión de tu sobrina Paqui porque no había papel en el baño de casa de los yayos?". Y una voz en off decía: "Sí, es verdad". Se llamaba ‘El juego de tu vida' y este nuevo formato que nos propone Ana viene a ser su versión política según la ideología que más mola últimamente, la no ideología, como ella misma proclamó al primer minuto.

Quizá sea un intento de distanciarse de las opiniones, tertulias y debates que meten bulla cada día por prensa, radio y televisión engorrinando la actualidad, pero la ideología per se no es algo que distorsione los hechos. La manipulación de lo que suele venir acompañada es de seguidismo, del ordeno y mando, el prietas las filas y demás. Vicios ajenos a pensar y tener ideas. No es la ideología lo que empuja a uno a sostener que a las tres de la tarde es de noche, es su falta de independencia, que es muy distinto.

La intención de reforzar la democracia, que seguramente pretenda Ana con su programa, ya responde a una ideología. ¿O veremos algún día a la presentadora decir: "Yo, ni nacionalsocialista ni demócrata, sin ideología, sin ideología..."?

Al margen del envoltorio, los datos del Objetivo han sido memorables, dos millones y medio, un 15%. Aunque hay que contextualizarlos. El programa antecedía al último Salvados de la temporada y era una novedad. Habrá que ver cómo funciona en lo sucesivo. Televisivamente hablando, arrancar con la ley de transparencia es tenerlos como el caballo de Espartero.

El tema podría estar tratado con mayor o menor exhaustividad, no vamos a entrar en eso, ya tienen varios blogs de expertos en estas lides discutiéndolo, pero es un asunto de todo menos atractivo. Tampoco lo es la política fiscal y Évole ha logrado pegar a la pantalla los globos oculares de tres millones de almas, pero él ha caído en gracia. Veremos Ana, a quien fans tampoco le faltan de todas formas.

Por otro lado, además de a ‘El juego de tu vida', ‘El objetivo' también tiene un punto de Barrio Sésamo. La figura del ‘Españolisto', un muñequito que explica la actualidad con sencillos gráficos, recuerda al bueno de Coco. Cualquiera que esté medianamente informado se sentirá un poco como una vaca rumiando la actualidad, aunque es de suponer que cuando traten temas más fresquitos tendrá más gracia la figura esta del ‘Españolisto', lo que no quita que dé un poco de dentera por el momento.

De todas formas, todo esto es muy triste. Las intenciones de llegar al fondo de los asuntos y limpiarlos de propaganda y populachadas es loable. Pero el formato recuerda a 59 segundos. Este debate era una declaración manifiesta de impotencia habida cuenta de que nuestras tertulias se habían convertido en un "déjeme hablar a mí que yo le he dejao a usted", que es el mantra que escuchan los alienígenas cuando orientan sus supermicrófonos a nuestra península. Aquello era humillante. Como sólo sabemos comunicarnos de forma tabernaria, se limitaba a un minuto cada intervención y el resto de contertulios entre tanto carecía de micrófono. Ni en una película de ciencia ficción.

‘El objetivo' es un más de lo mismo en esta línea. Dado que todo el mundo arrima el ascua a su sardina de forma ya escandalosa, con recursos propios de los universos de Orwell, vamos a intentar explicar las cosas como en Barrio Sésamo para ver si, de entrada, aprendemos todos juntos a contar. Como en el caso de los ERE que trataron.

Veremos cómo funciona. Por ahora, Ana ha presumido de hacer el programa sin tutelas nitutías de su pareja, Antonio García Ferreras, director de la cadena y autor intelectual de ‘Real Madrid, la película'. La presentadora dice que ella hace y deshace en Globomedia y envía el producto empaquetado. El domingo 9 al menos viene con plato fuerte: el mismísimo De Guindos de invitado, el del préstamo en condiciones ventajosas. Un tipo que a la precariedad la llama competitividad o que dice que la reforma laboral ha frenado la destrucción de empleo. Tenerle ahí delante del semáforo y la fiscal Pastor es un caramelito catódico.

En otro orden de cosas, objetividad también, de la buena, la de Ana en su cuenta de Twitter. La noche del estreno, el domingo pasado, pidió: "Las críticas a mí y los piropos al equipazo". Pues bien, retuiteó alrededor de ochenta tuits con referencias al programa y sólo dos eran críticas negativas. Así sí.

Zapeando

Al final, con tanta apuesta informativa de La Sexta se nos olvida que existen otras cadenas que también se toman la molestia de emitir trabajos dignos con menos neones y rayos láser. Fue el caso de Documentos TV, que el domingo, mientras Pastor y Évole señoreaban y Twitter se encandilaba, emitió un reportaje de toma pan y moja, ‘Sombras de libertad'. Está colgado en la web y se puede ver integro.

Hoy día parece que limitándole el número de botellitas de agua mineral a un diputado estamos cogiéndole por los huevos al sistema. Poniendo contra la espada y la pared a ‘los poderosos', pero en realidad los políticos no son muy ‘poderosos', o no lo son tanto. Este documental analiza estas cuestiones y empieza hablando de una marca, Nike, en un caso idéntico al ocurrido hace poco con empresas españolas en Bangladesh.

Los reporteros de la cadena estadounidense que denunció las malas prácticas de la marca deportiva en el tercer mundo terminaron obligados a llevar chupas de Nike en antena. A ver si aquí subimos el listón o nos quedamos en si los gintonics del hemiciclo están más cargados que en el bar de abajo.

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