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Zizek suspira por una Thatcher de izquierdas y da la espalda al 15-M

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MADRID. Eslovenia y Croacia se independizaron de Yugoslavia con la intención inicial de abandonar el bloque del Este, escapar del socialismo real e integrarse en las democracias europeas. Sucedió, eso sí, antes de que el comunismo colapsara por sorpresa y desapareciera de un plumazo. Pero también porque no se consideraban países balcánicos, sino europeos pata negra. Sin embargo, ahora, tras años de democracia y con el ingreso consumado en la UE de Croacia el año pasado, a la hora de hacer balance lo que hay es un futuro bastante oscuro, una corrupción galopante y la democracia deja mucho que desear en numerosos aspectos. Tras las puertas del cielo no había gran cosa.

Los filósofos Slavoj Zizek y Srecko Horvat han analizado esta coyuntura, la de sus países, en el libro El sur toma la palabra, un trabajo interesante sobre todo por las situaciones que se han vivido por esas latitudes recientemente, noticias que no se cuelan en la actualidad política de los medios españoles, pero que tienen más que ver con nuestro estado de lo que parece.

Zizek compara lo que ocurre en Europa con la retórica de todo un Nicolae Ceaucescu, ni más ni menos. Según cita, en una de las últimas entrevistas que dio el conducator rumano a un periodista occidental, le preguntaron por qué no dejaba salir a los ciudadanos de su país, viajar al extranjero libremente, si era un derecho garantizado por la Constitución. El presidente contestó que también era un derecho garantizado por la carta magna el de tener una patria segura y próspera, de modo que al irse unos, pondrían en peligro este derecho en los que se quedan dentro e incluso en sí mismos, de modo que en el conflicto de intereses había que elegir y claramente primaba un derecho sobre otro.

Un sencillo sofisma estalinista, pero que no formaba parte de un chiste sobre el pasado. El razonamiento es muy actual, al menos en su país. Para el autor, el tribunal constitucional de Eslovenia se las gasta muy parecidas a Ceaucescu. Recientemente, cuando los sindicatos quisieron que se celebrara un referéndum para que la población aprobase la creación de un banco malo con dinero público, el Tribunal Constitucional esloveno falló en contra porque, dijo, tendría consecuencias sociales y éstas podrían ser "inconstitucionales". Se refería a "la necesidad de salvaguardar el funcionamiento eficaz del aparato del Estado" y "crear las condiciones que permitan el crecimiento económico  y la preservación de los derechos humanos, especialmente el derecho a la seguridad social y al de la libre iniciativa económica". De modo que no había discusión posible sobre la receta que llegaba de Bruselas.

Y lo que no entiende Zizek es por qué se rebajó el Tribunal Constitucional a prohibir un referéndum por motivos tan peregrinos; justificaciones con las que podría prohibir, sencillamente, lo que quisiera. Porque una cosa es que un grupo de ciudadanos impulsara un referéndum racista, el cual habría que vetar en el acto, y otra que se discutan las políticas económicas. De hecho, los expertos, sigue, ni siquiera se ponían de acuerdo con el asunto del banco malo, pero el Tribunal Constitucional, de entrada, ya prohibía discrepar:

"La idea básica de esa tendencia es que en una situación económica tan compleja como la actual, la mayoría de la gente no tiene la cualificación adecuada para tomar decisiones, pues sólo quiere mantener intactos sus privilegios, y no se da cuenta de las consecuencias catastróficas que tendría la aceptación de sus demandas".

HACIA EL "VALLE DE LÁGRIMAS"

Sin embargo, el problema de este supuesto despotismo ilustrado radica en que las medidas que están aplicando los tecnócratas son desastrosas, como se ha podido comprobar en Grecia y detalla en el prólogo el líder de Syriza, Alexis Tsipras. Esta tendencia global estaría enmarcada, cita entonces Zizek, en lo que el filósofo del liberalismo Ralf Dahrendorf denominó como el "valle de lágrimas" que necesariamente hay que atravesar después de cada revolución. Tras la caída del comunismo había que echar abajo lo que se conoce como "estados del bienestar" y si no se ha hecho con más premura es porque algunos políticos han pospuesto esos cambios para obtener beneficios electorales a corto plazo.

Según Zizek, toda esta clase de economistas cree o está promulgando que si ha sucedido esta crisis, o estancamiento, en occidente es porque no teníamos una verdadera economía de mercado. De hecho muchos de esos sectores citan la buena marcha de las economías emergentes como ejemplo de que fuera de Europa el mundo está mejor que nunca en todos los aspectos. En este punto, el filósofo replica a esta línea de pensamiento: En Dachau se vivía mejor que en Auschwitz, también es un hecho objetivo

HORVAT Y LOS MITOS DE LA UNIÓN EUROPEA

Por su parte, el croata Srecko Horvat analiza el ingreso de su país en la Unión Europea. Una entrada que no ha podido ser más desangelada. En el referéndum de anexión votaron un 43%, El sí, sobre toda la población, salió con un 29%. Batieron todos los récords, que antes estaban en poder de los húngaros con un 45% de participación. 

Para Horvat la Unión Europea funciona a base de mitos. De entrada, leyendas que tiene que sostener pagando con millones contantes y sonantes, como los veinte que le costó una campaña de imagen sobre los croatas para que su incorporación no fuera percibida como las de Rumanía y Bulgaria, que ahora se dice que no estaban preparadas. Además, cita al filósofo esloveno Mitja Velikonja, quien sostiene que ni en los años más duros de Tito se veían tantas estrellas rojas como ahora amarillas europeas.

 Horvat

Pero el problema no es estético, sino de los mantras que se transmiten a la población, escrube. Por ejemplo, al entrar Croacia en la UE un periódico local abrió con el titular "Adiós Balcanes", una región de la que el mito dice que es corrupta, inestable y pobre. Sin embargo, Horvat va desmontando un mito como éste con ejemplos de los mitos europeos que son falsos. El de que con la UE se acabó la corrupción, con el ejemplo de su presidente Sanader, que sólo para reunirse con Sarkozy tuvo que pactar la compra de aviones por Croatia Airlines a Airbus, un negocio que ha hundido a la aerolínea.

El siguiente mito sería el de la prosperidad. Y se pregunta qué estabilidad puede venir de la UE donde el propio Monti ya le dice a los jóvenes de su país que son la "generación perdida". En Croacia hay un 25% de pobreza y en los últimos años se ha incrementado en un 15%. 

En cuanto al tercer mito, la estabilidad, habla del creciente nacionalismo y radicalismo en toda Europa. Se pregunta si un experimento que realizaron unos dramaturgos serbios, el de pedir el ingreso en los partidos políticos de su país enviando un artículo de Goebbles puntualmente retocado -les admitieron en todos- funcionaría también en los países de la UE. Ejemplos de hostilidad a los gitanos, las mezquitas musulmanas, cuando no partidos abiertamente ultras en los parlamentos, no faltan.

ZIZEK FRENTE AL 15-M

Volviendo a Zizek, la solución a este desastre pasaría -y aquí llega la parte más ruidosa del libro- por la aparición de un líder de la talla de Margaret Thatcher, alguien capaz de defender sus ideas con tal tenacidad que termine imponiéndolas y pasen a formar parte del ideario común: "un líder capaz de repetir el ademán thatcheriano pero en la dirección opuesta, un ademán que transforme todo el ámbito de los presupuestos compartidos por elites políticas de todas las orientaciones principales".

Y para sorpresa de sus fans, rechaza la democracia directa que se defiende en fenómenos como el 15-M. Opina que la "autoorganización directa no representativa" es un mito, e incluso peor: "la última trampa". Los estados de euforia, sigue, tras la ocupación de una plaza pueden conducir a momentos de "intensa participación colectiva" en los que se debate y se decide sin un líder que guíe, pero "tales estados no duran", concluye.

Él aboga por un "eficiente aparato estatal" capaz de "garantizar el funcionamiento bien engrasado del edificio social" para que cada uno pueda dedicarse a lo que más le apetezca. Porque, sostiene, "la gente ni sabe lo que quiere ni quiere saberlo", para eso están los líderes que "aboguen por los intereses de la gente y así la gente sepa lo que quiere". Para sentenciar: "las redes horizontales minan al clásico ‘Amo', pero a su vez alimentan nuevas formas de dominación mucho más fuertes". 

EL SUR PIDE LA PALABRA: EL FUTURO DE UNA EUROPA EN CRISIS

Slavoj Zizek y Srecko Horvat

Nº de páginas: 224 págs.

Editoral: LOS LIBROS DEL LINCE

19.00 €

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