VALENCIA. El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, se enfrenta a un inicio de curso político en el que, además de luchar contra la crisis económica, deberá resolver dos asignaturas pendientes que diversas fuentes del PP y del Gobierno consideran "inaplazables": la remodelación del Consell y la salida de Rafael Blasco de la portavocía del grupo parlamentario 'popular'.
Precisamente el Gobierno valenciano ya tiene fecha para el Debate de Política General en Les Corts: se celebrará los próximos 25 y 26 de septiembre. Fuentes consultadas por este diario apuntan a que Fabra está sopesando la posibilidad de resolver estas cuestiones antes de la cita parlamentaria.
El Consell está desgastado. Esta realidad no se niega desde la cúpula de la Generalitat y, precisamente, ése va a ser uno de los argumentos de la oposición en el encuentro en el Hemiciclo. La bandera de la austeridad será enarbolada por Fabra en el debate, que propondrá a los grupos parlamentarios la reducción del número de diputados y de órganos e instituciones estatutarias, como la Sindicatura de Greuges y el Síndic de Comptes, el Consejo Valenciano de Cultura (CVC), la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), el Consejo Económico y Social (CES) y el Consejo Jurídico Consultivo (CJC).
Este argumento de racionalización y saneamiento institucional estaría acompañado de una reducción y renovación de consellerias. Una circunstancia que también se ve con buenos ojos desde Madrid, dado que el Ejecutivo valenciano es el más prolijo en número de carteras de todos los gobiernos del Partido Popular.
De producirse además la imputación de Rafael Blasco en la llamada 'causa de cooperación', una cuestión todavía pendiente de resolver por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, Fabra estaría en situación de enseñar la puerta de salida al todavía portavoz.
De esta manera, el jefe del Consell llegaría al Debate de Política General con el Consell reformado, un paquete de medidas de austeridad institucionales y con la seguridad de verse libre de ataques relacionados con el papel del síndic del grupo 'popular'.
CONSELLERS EN VILO
Desde que Fabra alcanzó la presidencia de la Generalitat, ha mantenido la misma estructura y equipo designado por Francisco Camps a excepción de algunos cambios puntuales. El jefe del Consell ha preferido comprobar la capacidad de gestión de los altos cargos y, según subrayan fuentes de la Generalitat, dejar que asumieran el desgaste de unos meses de gobierno complicado.
Este ha sido precisamente uno de los argumentos para retrasar la remodelación del Consell. La necesidad de elaborar un plan de reequilibrio, la negociación en el CPFF para la solicitud del Fondo de Liquidez Autonómica, los ERE en el sector público o la anunciada reforma sanitaria, han puesto máxima presión al Ejecutivo. Ahora, varios de estos asuntos están encarrilados: el anuncio de la creación del FLA y la petición de acceso se ha realizado, la reestructuración y despidos del sector público empresarial están en marcha y, según fuentes del Consell, se espera una solución para los cambios de Sanidad en menos de tres semanas. Con este escenario, Fabra dispone de manos libres para diseñar un Consell a su medida.
Un Consell en el que prácticamente está descartada la continuidad de Maritina Hernández (Agricultura), alto cargo de la era 'Camps', y en el que, aparte del vicepresidente, José Císcar, la titular de Educación, María José Catalá, y el conseller de Economía, Máximo Buch, nadie tiene el puesto asegurado.
La reforma conllevará además, según apuntan fuentes de la Generalitat, una nueva revisión del segundo escalón del Gobierno valenciano con la intención de proseguir con la renovación. De hecho, Alberto Fabra ya ha realizado más de 30 cambios en los altos cargos del Consell.
CUMPLIMIENTO DEL DÉFICIT Y FINANCIACIÓN
Además de la continuidad con las políticas de austeridad, otro de los pilares del jefe del Consell en el debate será el cumplimiento del objetivo del déficit del 1,5 por ciento de cara a un final de año marcado por la llegada de una nueva ayuda del Gobierno central.
El presidente de la Generalitat, según fuentes de su entorno, tampoco renunciará a seguir reivindicando una financiación más justa para la Comunitat Valenciana, aunque sin olvidar el contexto actual de crisis económica.
