VALENCIA (LIDIA MASERES). Arturo Casinos, presidente desde hace 25 años de la Asociación Profesional de Asesores Fiscales de la Comunitat Valenciana (APAFCV) asegura que no es pesimista, sino realista con la realidad que le rodea. Cientos de empresas están colgando el cartel de se cierra, y a su parecer, el Estado debería abrir más la mano y flexibilizar el pago de impuestos.

El próximo jueves 25 de noviembre, la Asociación se reunirá, como mediadores entre el contribuyente y la Administración, con Agencia Estatal de Administración Tributaria de la Comunitat para poner sobre la mesa sugerencias e ideas sobre fiscalidad e intentar mejorar el panorama actual. La Administración por su parte, además de informar sobre las novedades que pueda haber, tomará nota de lo expuesto para intentar llegar a un acuerdo. Según Casinos, la acogida de los puntos siempre es buena, más allá de que cada uno defienda sus intereses.

Consciente de que no puede cambiar la coyuntura económica, tan sólo hacer aportaciones, APAFCV ve con preocupación las dificultades que están atravesando las pymes para conseguir crédito y para poder pagar sus impuestos de forma racionada. Ésta última medida será una de las que planteen al Estado junto con otras "más técnicas". "Ya se está haciendo algo, pero se tienen que suavizar más los requisitos para los aplazamientos tributarios", afirmó Casinos.

LA REFORMA TRIBUTARIA DE LAS SICAVS, PURO MAQUILLAJE

La sugerencia de los asesores viene, según afirman, de una constatación de la realidad, ya que en palabras de su presidente, la situación está "mal" y no parece que mejorará ni en uno, ni en cinco años a no ser que cambie el modelo productivo de España. "La flexibilidad ayudaría a sobrevivir a las empresas. Hablar en términos porcentuales no podemos, pero lo que vemos en nuestros despachos hay angustia por la falta de liquidez, que se solucionaría abriendo un poco la mano. De no ser así, lamentablemente no tendrán más remedio que cerrar. No quiero ser negativo, pero se destruirá mas empleo y no vemos el fin".

La consternación de los asesores fiscales va más allá del acceso a créditos, las otras medidas impositivas que ha tomado el Gobierno en los últimos meses, también pasarán factura a los contribuyentes, según Casinos. Desde el aumento del IVA, el pasado 1 de julio, hasta el cambio de tributación de las sicavs, medida que el presidente de la asociación considera populista, demagógica y política más que económica.

"El tema de las sicavs es complejo, y la propuesta del Gobierno (eliminar la posibilidad que tenían los partícipes de diferir el pago por la percepción de dividendos) va a modificar poco la sensación de que este tipo de sociedades, al pagar un 1% de impuestos, se van de rositas. Ha sido más un maquillaje de cara al ciudadano que una medida que vaya a tener trasfondo económico real. También ha quedado muy bien lo de subir la renta de los ricos, pero me parece demagogia". En cuanto a la subida del IVA, la asociación cree que este no es el momento adecuado por las dificultades que ya atraviesan los empresarios y porque puede dar lugar a una nueva economía sumergida.

ESCASA CONCIENCIA CIUDADANA

"Hubo un tiempo, tras la primera reforma fiscal de 1997, que la gente alardeaba de haber defraudado a Hacienda, y con los años, creí que esto desaparecería", cuenta Casinos. "Sin embargo, y tras un periodo en el que esto cambió un poco, hemos vuelto a la escasa conciencia ciudadana frente al fraude. Los contribuyentes tienen la sensación de que su dinero se está malgastando".

El problema del fraude también forma parte del listado de inquietudes de los asesores fiscales, sobre todo ahora, en época de crisis. "En España siempre ha habido fraude, pero más o menos controlado. Ahora tengo dudas de que se pueda cuantificar...y si se pudiera hacer, nos pondría los pelos de punta", asegura Casinos.

Las soluciones y medidas que plantea el presidente de la asociación, unas dentro de su ámbito, otras fuera del mismo, podrían resumirse en varias palabras. La primera responsabilidad, por parte de los contribuyentes y de las administraciones con respecto a su pagos, los primeros al fisco y los segundos a sus clientes. Y la segunda flexibilidad con los empresarios para que puedan salir del bache.