C.Valenciana

CENTRO DE CONVENCIONES

Calatrava amenazó al Consell con no acabar L'Àgora a tiempo para el Open 500 si no cobraba

Suscríbe al canal de whatsapp

Suscríbete al canal de Whatsapp

Siempre al día de las últimas noticias

Suscríbe nuestro newsletter

Suscríbete nuestro newsletter

Siempre al día de las últimas noticias



VALENCIA. El Centro de Convenciones de Castellón se ha convertido en la espada de Damocles que pende sobre el arquitecto Santiago Calatrava. Este martes se confirmó en sede judicial lo que era un secreto a voces: Y es que el arquitecto amenazó a la Generalitat con demandas judiciales si no se le abonaba por la maqueta de un edificio que ya entonces se vaticinaba que jamás se haría.

Las amenazas de Calatrava al Consell fueron vía requerimiento notarial. Pero asimismo el arquitecto tenía otro as en la manga. Por aquel entonces, marzo de 2009, se estaba construyendo L'Àgora, su último edificio para el complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Dicho edificio debía inaugurarse en noviembre de ese año con la celebración del primer Open 500 de Tenis de Valencia.

Las discusiones por el cobro de la maqueta del Centro de Convenciones de Castellón fueron muy agrias, especialmente con el conseller de Economía y Hacienda Gerardo Camps. Nunca se habían llevado especialmente bien pero fue a raíz de esos enfrentamientos que Camps y el arquitecto rompieron relaciones y jamás se volvieron a tratar. Gerardo Camps era una persona que no le gustaba arredrarse ante nadie, mientras que Calatrava le trataba con displicencia.

Según distintas fuentes, Calatrava llegó a amenazar en su momento con no terminar la obra de L'Àgora si no se le abonaba la cantidad. El chantaje fue conocido en dependencias de la Generalitat y en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. No era, dicen las fuentes consultadas, la primera vez que el arquitecto amenazaba con ello.

"Entonces estaba muy subidito", explica una de las personas que vivió la historia de primera mano.

Tras estas discusiones intercedió el presidente Francisco Camps, que como casi siempre se puso de parte del arquitecto y desautorizó a su hombre de confianza. De hecho, dicen estas fuentes, la peculiar defensa que hacía el presidente de Calatrava acabó deteriorando de manera definitiva la relación entre ambos. 

Recibe toda la actualidad
Valencia Plaza

Recibe toda la actualidad de Valencia Plaza en tu correo