VALENCIA. Un vaivén de 99 millones de euros difícil de explicar, al menos para los ciudadanos. Quizá menos para las dos partes implicadas en el caso: la Consellería de Sanidad y los colegios de farmacéuticos de la Comunitat Valenciana. El martes por la tarde los representantes de los boticarios clamaban por el enésimo retraso en el pago de las recetas por parte de la Generallitat. Advirtieron de una inminente reunión el miércoles por la tarde en la que iba a tomar nuevas medidas -una velada amenaza de nuevo cierre- y la tensión entre ambos volvió a la palestra.

El miércoles por la mañana la Consellería de Sanidad emitió un escueto comunicado en el que aseguraba que la transferencia de casi cien millones correspondiente al mes de noviembre se había efectuado ya. De hecho se había ordenado la semana pasada y que estaba a expensas de que la entidad financiera encargada realizara el pago.

Sin embargo, en el Colegio de Farmacéuticos de Valencia se mantenían firmes: el dinero no había llegado a sus cuentas y mantenían que era un problema de la Generalitat. Con ese escenario, la junta directiva del organo colegial se celebró por la tarde.

Pero algo ocurrió en esas horas para que la presidenta de los boticarios valencianos saliera a la palestra para mostrarse aliviada porque hoy jueves recibirán el pago. El cambio de posición lo explicó María Teresa Guardiola, la presidenta, que relató que la Consellería de Presidencia, la que dirige José Císcar, se había puesto en contacto con ellos para asegurarles que el pago se iba a realizar este jueves. 

La palabra de Císcar, convertido en el gran apagafuegos del Consell, sí obró el milagro que el comunicado matinal de la Consellería de Sanidad, liderada por Luis Rosado, no había conseguido entre los farmacéuticos.

De esta manera, el Consell salva otro 'match ball' de los que hacen daño en la imagen de la Comunitat Valenciana. A la espera de afrontar los pagos a los proveedores por la vía de los préstamos que ha firmado el Gobierno central para aliviar las facturas de las comunidades autónomas y ayuntamientos, la Generalitat ve como el sector de las farmacias no es capaz de esperar, como sí hacen el resto de proveedores.