VALENCIA. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, mostró este domingo en la Crida la razón por la que no suele realizar nunca intervenciones en valenciano. En poco más de un minuto, aunque la intervención íntegra duró unos tres, regó con más errores que palabras un breve discurso en una lengua que ningún filólogo sería capaz de definir.

Una suerte de ‘spanglish' a la valenciana que arrancó no pocas risas -también pitos y aplausos- entre la multitud y una buena cantidad de chascarrillos y dosis de justificada indignación en las redes sociales.

Lo cierto es que 24 años en la alcaldía del Cap i Casal deberían dar para unos mínimos. Un poquito de sensibilidad para, al menos, aprender lo justo y salir del paso, que tampoco se pide tanto. El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, tampoco habla en valenciano, aunque en cuatro años parece haberlo intentado más.

Precisamente el PP se presenta esta misma semana en Les Corts para sacar adelante una surrealista ley sobre las señas de identidad. Este domingo vimos como defiende Rita Barberá una de ellas, sino la principal, que es la lengua valenciana. Alcaldesa, hay que practicar más. O mejor dicho, después de 24 años al frente del Ayuntamiento de Valencia, ya sería hora de aprender. Más vale tarde que nunca.