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LAS CUENTAS DE LA GENERALITAT

El Compte General, unos números más escandalosos que la (dura) realidad

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La contabilización de las facturas 'en el cajón' y de la liquidación negativa del modelo de financiación disparó el resultado patrimonial negativo de la Generalitat en 2011 pero no influyó en el déficit ya anunciado

VALENCIA. La Generalitat Valenciana hizo pública este lunes la Cuenta General, el vasto documento en el que se recogen, céntimo a céntimo, los ingresos y los gastos de la Administración autonómica. Se trata de la mayor radiografía del uso del dinero público en la Comunitat Valenciana y, junto al informe de la Sindicatura de Comptes, que llega a final de año, la mejor oportunidad para conocer los problemas de la caja de la Generalitat y, al mismo tiempo, los efectos de las medidas de austeridad que se están aplicando.

Pero la complejidad de contabilidad pública puede jugar malas pasadas, y de eso sabe mucho el conseller de Hacienda, José Manuel Vela, cuya tesis doctoral ‘Concepto y principios de la contabilidad pública' entra precisamente en ese terreno.

En un momento en que el déficit de las comunidades autónomas está siendo mirado con lupa por el Gobierno central y que cualquier variación de las cifras anunciadas entra en el territorio de la sospecha, la publicación de la Cuenta General provocó una pequeña crisis en el Palau del Almirall, sede la Consellería de Hacienda. El dato sobre la desviación entre los ingresos y los gastos de la Generalitat en el ejercicio de 2011 que saltó a los titulares era notablemente más alto que el anunciado en febrero, cuando se liquidó el presupuesto.

Según la documentación pública, el resultado económico patrimonial del año pasado fue de 6.648,07 millones de euros negativos, una cifra que más que triplica el saldo presupuestario anunciado a final de año, 1.845 millones también en negativo. La clave está precisamente en la complejidad de la contabilidad pública. El primer dato es el que se obtiene de aplicar a las cuentas públicas unos criterios contables similares a los que se aplican a una empresa. Pero ese no es el método que se utiliza para calcular el saldo del presupuesto de una administración pública y, por tanto, su déficit de financiación. Para ajustarlo se realiza un proceso de "concialiación" entre las dos magnitudes que se detalla en el documento y que forma parte de la tarea contable.

El dato, por tanto, que dio en su día el conseller Vela cuando liquidó el presupuesto era correcto y es el que tiene en cuenta el Gobierno. La publicación de la Cuenta General no ha modificado esa situación.

DISPAROS DE ALARMA

La cuestión es que también es correcto el dato que disparó todas las alarmas este lunes. De hecho, en ejercicios anteriores se ha utilizado periodísticamente esa cifra, la que surge de la cuenta de resultados económico patrimonial, para explicar la distancia entre los ingresos y los gastos. En 2010 esa cantidad era de 2.713 millones, una cantidad muy similar a la de 2009. ¿Por qué se ha disparado este año hasta los 6.648 millones?

Lo cierto es que hay varios motivos para ello, como se explica en el documento de Hacienda. Los principales son tres. El primero es un menor ingreso por emisiones de deuda, puesto que en 2011 ya se vivieron las tensiones del mercado y solo se consiguieron colocar 1.700 millones. El segundo está vinculado a la obligación de apuntarse en ese ejercicio la liquidación negativa del modelo de financiación, que implica que la Generalitat tiene que devolver al Estado 1.580 millones, aunque el plazo de diez años. Y también en ese ejercicio, y este es el tercero, se contabilizaron los más de 1.800 millones de euros en facturas sin consignación presupuestaria que se llevaron al plan de pago a proveedores. Son apuntes contables que no implican salida efectiva de dinero pero que sí afectan al resultado final de la cuenta de resultados.

Si a ello se une una fuerte caída de los ingresos ordinarios, el desfase entre ingresos y gastos es escandaloso. ¿Gastó la Generalitat 6.648 millones más de lo que ingresó? No. Sin embargo, los números ponen de nuevo de manifiesto la necesidad de ajustar el gasto de la Administración valenciana a la nueva situación de unos ingresos menguantes por el descenso de la actividad económica. "Ese es el verdadero problema", aseguraban ayer tarde desde la Consellería de Hacienda.

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