Vicente Sanz asegura que no tenía "ni capacidad académica ni profesional" para decidir sobre cosas de RTVV
VALENCIA. La política valenciana tiene episodios míticos. Tanto que incluso llegan a convertirse en leyenda. Y como ocurre con las leyendas, suele confundirse la realidad con la ficción. Así, en el famoso caso del político que dijo que estaba en política para forrarse, mucho creen haber escuchado a Eduardo Zaplana pronunciar aquella gran declaración de principios. Pero no fue así.
Fue Vicente Sanz quien dijo aquello en su momento y se popularizó por unas escuchas policiales que fueron transcritas en un sumario y... Bueno, todo aquello es historia.
Sanz era un altísimo cargo del PP en la Comunitat Valenciana pero pese a que nunca fue juzgado por aquellas conversaciones, cayó en desgracia. Una desgracia relativa, todo hay que decirlo, porque cayó de pie en Ràdio Televisión Valenciana (RTVV), donde fue durante mucho tiempo secretario general. En realidad era quien mandaba en la tele. Mandaba tanto que hasta tiene pendiente un juicio por acoso sexual a tres trabajadoras.
Pero parece que ser el señor con más poder en RTVV no implicaba ser competente para ello. Sanz, que este jueves ha ido al juzgado -su segunda casa- para declarar por los contratos irregulares de Canal 9 con la trama Gürtel para las pantallas de la visita del Papa, ha intentado quitarse las pulgas con una excusa peculiar.
"Yo me limitaba a validar lo que decían los técnicos porque no tenía capacidad ni académica ni profesional", ha dicho Sanz a los periodistas que le esperaban a la puerta. En realidad había dos grupos de periodistas esperándole a la puerta. Y se lo ha dicho a la prensa porque al juez no le ha soltado ni una, acogiéndose al derecho a no declarar.
Ya viene siendo habitual que miembros de consejos de administración de las cajas de ahorros, consellers o secretarios generales de cosas quebradas o inmersas en saqueos de dinero público digan que ellos no sabían nada de lo que allí pasaba. Que solo iban a calentar la silla y se iban a casa, que todo lo hacían otros y ellos, almas de cántaro, se lo han encontrado ahora todo por el aire.
Pero lo de que el máximo responsable de RTVV, el que contrataba y descontrataba gente a su antojo, el que decidía y sabía todo lo que ocurría en cada rincón del Centro de Producción de Programas de Burjassot, sede de Canal 9, diga que él no sabía hacer ni la o con un canuto y que la culpa de que se pagara una millonada por cosas que costaban cuatro duros es de otros es para notable alto.
Cuanto menos, un caradura. Cuanto menos.