VALENCIA. Los bocachancla deberían tener vetado su acceso a la política activa. No se trata de una discriminación arbitraria. Se supone que un alto cargo elegido por los ciudadanos o encargado de gestionar la cosa pública debería ser responsable de sus palabras, intentar no colarnos muchas mentiras o, cuanto menos, no herir nuestra sensibilidad.

Pero como en este país esas cosas parece que siguen sin ser demasiado importantes y se considera normal que un político mienta o diga tonterías sin que tenga consecuencias, los peores vicios se contagian hasta a personas a las que uno suponía razonables y sensatas. 

En ese perfil tenía catalogado al conseller de Sanidad, Manuel Llombart, hasta que este martes, quien sabe si imbuido por el clima postelectoral o por los rumores que lo sitúan en un puesto preminente a la derecha de Dios Fabra antes de que acabe la legislatura, optó por soltar una tontería que o demuestra que no sabe de matemáticas o que confía en que seamos los ciudadanos los que no sepamos. 

"Si lo comparamos [Gürtel en Valencia] con los ERE de Andalucía, hablamos del 0,00001% de lo malversado allí", dijo Llombart para defenderse de la montaña de contratos troceados en toda la Generalitat con la trama de El Bigotes y todos sus amiguitos del alma.

La cuestión es que esa afirmación es mentira. Según las últimas informaciones la investigación sobre prejubilaciones fraudulentas, ERE falsos y comisiones ilícitas alcanza los 136 millones de euros. El famoso fondo de reptiles era mayor, pero no todo fue ilegal. Esa cantidad, que puede que aumente puesto que la instrucción sigue, no es una cifra desdeñable y ojalá la justicia consiga que se recupere el dinero público en este caso de corrupción. 

El problema es que el 0,00001% de ese dinero son... 13,6 euros. ¿Cree de verdad que el Bigotes, Correa y compañía solo robaron 13 euros en la Comunitat Valenciana? Por si acaso se lo cree ya le digo yo que no. Debería saber el señor Llombart que solo en el caso de Fitur la trama se levantó más de cinco millones de euros de la Generalitat. De RTVV más de tres limpios fueron a parar a las empresas de la trama y de la montaña de contratos troceados que no pasaron ningún control, ni se sabe.

No fueron cuatro trajes, como ya ha quedado claro. La trama Gürtel se extendió como un cáncer -este símil debería serle más conocido al exgerente del IVO- por la Generalitat y no pocos ayuntamientos del PP. Un auténtico saqueo de las arcas públicas que no puede tomarse a la ligera, como demuestra que hay puñados de imputados esperando juicio. Todo al margen de que la corrupución no es mejor si la ejerce el PSOE o el PP y que no parece muy normal que, para defenderse de unos casos de corrupción, en lugar de afanarse en arreglarlo se opte por el "y tú más". 

La cosa es que Llombart sabe todo esto. Y sabe matemáticas, puesto que sabía sumar perfectamente lo que le debía la Generalitat al IVO y lo reclamaba sin problemas en su día. Así pues cabrá concluir que el conseller, implicado hasta las cachas ya en el PP, ha decidido que nos toma por tontos.