VALENCIA. El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, ha decidido prescindir de tres altos cargos vinculados al núcleo duro de la cúpula del Consell. Unos relevos que muestran la elección del jefe del Ejecutivo por uno de los dos bandos que se habían conformado en los últimos meses.

Desde el ascenso el pasado mes de junio de directora general a secretaria autonómica de Coordinación y Organización de Esther Pastor, las tensiones en Presidencia habían crecido. La mano derecha del jefe del Consell, quien ya había trabajado con él desde años atrás en el ayuntamieno de Castellón, asumió nuevas responsabilidades, incluso recortando competencias del vicepresidente del Gobierno valenciano, José Císcar.

El cese de Paula Meseguer, José Santamans y Rubén Cortés, evidencia la preferencia de Fabra por dar un giro a las políticas de comunicación y, por encima de todo, una apuesta clara por los criterios de Esther Pastor, que han chocado a menudo con estos otros altos cargos del Ejecutivo.

También llama la atención especialmente que dos de los cargos relevados, Santamans y Cortés, habían trabajado mano a mano con Císcar, convirtiéndose en dos personas de su confianza. Fuentes populares ven en estos ceses una decisión de Fabra que le otorga una ventaja al conseller de Justicia y secretario general del PPCV, Serafín Castellano, en el duelo soterrado que éste mantenía con Císcar por ser el 'número dos' del presidente Fabra.

Esto viene refrendado por el nombramiento como secretaria autonómica de Comunicación de Lola Johnson, quien había trabajado en la sede del partido en los últimos meses repescada por Serafín Castellano. Así, la dirigente, a quien Fabra relevó de consellera al principio de su mandato, parece haber recuperado la confianza del presidente vía el secretario general del PPCV.