Las obras de adaptación del inmuebles han costado 600.000 euros y permitirán el traslado de sus 64 trabajadores, casi la mitad de los que la dejaron en 2007, en las próximas semanas

VALENCIA. Vuelta a los orígenes. Los operarios de mudanzas están vaciando las oficinas de la antigua Cámara de Comercio de Valencia en la calle Poeta Querol para acometer la vuelta de la institución con hombres y bagajes a esta dirección junto a la milla de oro valenciana.

Las readaptación de la sede ha significado una inversión de 600.000 euros, centrados en adecuar el cableado para la red de datos, mover tabiques y renovar la instalación de aire acondicionado, a la que se ha destinado la mitad de este montante.

Ya antes del verano se cambiaron los ascensores para adaptarlos a la normativa actual de accesibilidad y otros aspectos menores, consecuencia de los cinco años en los que el edificio ha estado cerrado. Entre los meses de septiembre y octubre se prevé la instalación en el edificio de los 64 trabajadores de la organización, algo más de la mitad de los que lo abandonaron en 2007.

UNA HISTORIA DE IDA Y VUELTA

La intención inicial de la Cámara de Comercio era mantenerse en la calle Jesús y alquilar el edificio de Poeta Querol, pero la crisis complicó el proyecto y las propuestas que llegaron al despacho de su presidente, José Vicente Morata, se descartaron por resultar insatisfactorias.

Después de diversas negociaciones, se optó por ofertar la actual sede, inaugurada en 2007, que sí despertó el interés de diversas empresas e instituciones. Definitivamente, fue la Agencia Tributaria la que cerró el acuerdo y planteó un calendario para su instalación, a partir del mes de enero.

A este nuevo centro se incorporarán unos 280 trabajadores, repartidos actualmente entre las oficinas de la avenida Marqués de Sotelo (junto a la Finca del Chavo y actual sede de la Seguridad Social) y de la plaza de Brujas (junto al Mercado Central), donde de encuentra la dirección regional de inspección.

En los próximos meses se iniciarán las obras, que significarán la eliminación de tabiques modulares y la conversión en oficinas de zonas que actualmente sirven de aulas, biblioteca y salas de reuniones o simplemente son zonas de tránsito. Fuentes conocedoras del proceso estiman que el ahorro del Ministerio de Hacienda con este cambio de ubicación rondará el 50% del coste actual de sus arrendamientos.