
Los 31 diputados que le corresponden a la Diputación, a la vista del número de residentes facilitado por el Instituto Nacional de Estadística, que supera los dos millones y medio, saldrán de las nueve juntas de zona establecidas por partidos judiciales.
Valencia y su área metropolitana aportarán 18 diputados mientras que a las juntas de Alzira, Gandia, Llíria, Sagunt y Xàtiva, les corresponden dos diputados a cada una y al resto de partidos judiciales de la provincia, de menor población, Ontinyent, Requena y Sueca un escaño.
El programa de gobierno, o los "candidatos" a diputados provinciales, no se someten a un proceso electoral directo sino que su elección, como refleja la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local, se efectúa de forma indirecta a partir de los resultados de las elecciones municipales.
Los votos obtenidos por cada formación política en las circunscripciones delimitadas por los partidos judiciales determinan el número de diputados que cada partido designará por su cuenta, entre sus concejales o alcaldes electos, de forma que el pleno elige posteriormente al presidente de la Diputación.
Tras el escrutinio municipal y el reparto de escaños realizado por la junta de zona, la corporación provincial se reunirá en sesión constitutiva presidida por una mesa de edad, integrada por los diputados de mayor y menor edad presentes en el acto, y con la participación del secretario de la institución, para elegir al presidente de entre sus 31 miembros.
Para la elección del presidente, el candidato debe obtener mayoría absoluta en la primera votación y simple en la segunda.
Las diputaciones nacieron con la Constitución de Cádiz de 1812 que reorganizó el sistema de administración territorial del Estado Español.
El reino medieval de Valencia quedó dividido en tres provincias con la reforma del ministro Javier de Burgos en 1833 que, salvo algunas modificaciones, han permanecido invariables desde entonces.
Hubo la incorporación, en 1851, de la comarca Utiel-Requena, disputada por la Corona de Aragón y la de Castilla en los siglos XIII y XIV.
En el siglo XX sólo el pueblo de Gátova, de unos 1.500 habitantes, en las estribaciones de la sierra Calderona, pasó en 1992 de la provincia de Castellón a Valencia cuando ambas diputaciones lo aceptaron y las Cortes Generales lo aprobaron con el consenso de todos los grupos políticos.