VALENCIA. El ruido de los helicópteros y el ulular de las sirenas es lo primero que ha oido la ya ex delegada del Gobierno socialista Ana Botella desde su recuperado puesto de trabajo en la sede del Impiva, en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia, desde donde no le ha quedado por menos que suspirar con cierto alivio por haberse librado de la que se le ha venido a su sucesora Paula Sánchez de León.
Botella, todo hay que decirlo, tuvo que bregar durante meses con la ocupación de la explanada de la Plaza del Ayuntamiento de Valencia por parte de centenares de jóvenes ciudadanos 'indignados' que periódicamente salían ‘de paseo' por las calles adyacenes para ocupar las oficinas de la sede del Banco de Valencia o de cualquier otra oficina bancaria de la city valenciana sin que se produjera incidentes reseñables.
Claro que entonces el Consell todavía no cortaba la calefacción de institutos ni bajaba sueldos ni despedía interinos...