LA PAELLA RUSA. Hace unos días vino Zapatero para darse lo que acabó siendo su primer baño de masas más o menos lucido, y hoy por la tarde le toca a Rajoy. El escenario es el mismo: la plaza de toros de Valencia. Pasados los tiempos gloriosos en que la capacidad de movilización del PP daba para llenar el estadio de Mestalla, los políticos ahora tienen que asegurarse el lleno. El lleno queda muy bien en televisión, que es de lo que se trata. Y el falso lleno, con carteles para tapar nutridas zonas de las gradas, se notaría demasiado.
Como es el mismo escenario, seguro que veremos todo tipo de gráficos y estadísticas que demuestren que el lleno del PP está más lleno que el del PSPV (o al revés). Lo mismo ocurre con las manifestaciones: según quien mida, te sale un millón de personas o cincuenta.
Lo más interesante, con todo, será fijarse en la relación entre Camps y Rajoy. Los gestos y las palabras, o su ausencia. ¿Escenificará Rajoy alejamiento y frialdad o todo lo contrario? La campaña del PP nacional, centrada en Zapatero, también está centrada en no sacar demasiado a Camps. Un cálido abrazo será portada de todos los periódicos, pero los titulares, a buen seguro, no gustarán en Génova. Por otra parte, un desaire nunca queda bien en televisión. No descartemos una enfermedad o indisposición de última hora por parte de Camps que nos ahorre tanta incertidumbre.
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