El equilibrio entre las horas efectivas de docencia y la actividad investigadora centra las tensiones entre la Administración y la comunidad universitaria
VALENCIA. La plantilla de las cinco universidades públicas valencianas ha ido creciendo prácticamente sin interrupción en los últimos diez años, tanto en la parte docente como en la administrativa, según se desprende de los datos que constan en el último informe de los Consejos Sociales de las Universidades Públicas, que abarca el periodo comprendido entre 2000 y 2010.
En concreto, el número de empleados en el apartado de personal docente se elevó a finales de esa década hasta los 10.429. Un año después, según los datos oficiales a los que ha tenido acceso ValenciaPlaza.com, el número de profesores tanto funcionarios como contratados estables y temporales (entre asociados y ayudantes) aún se incrementó más, hasta alcanzar los 10.883. Esto supone un incremento del 25% de la plantilla docente respecto al año 2000, en el que se contabilizaban un total de 8.693 profesores.
Por lo que respecta al personal administrativo, la plantilla conjunta de las cinco universidades públicas pasó en una década de 4.102 a 5.673 empleados, lo que supone un incremento del 38%, más de diez puntos por encima de la media conjunta de los dos grupos de empleados que conforman la fuerza laboral de las instituciones educativas superiores de la Comunitat Valenciana. En ambos casos, los datos incluyen el personal efectivo como los puestos vacantes en el caso de que existan. En ese periodo, tal y como publicó este periódico en la primera entrega de esta radiografía de la universidad pública valenciana el número de estudiantes se mantuvo constante.
El volumen de las plantillas de las universidades públicas valencianas es uno de los puntos claves del gasto que realiza la Generalitat Valenciana en la financiación de las universidades públicas. Las tensiones entre las dos partes se han avivado en el último año por los retrasos en los pagos por parte del Consell y ha puesto sobre la mesa la necesidad de que se abra un debate sobre la actual estructura de los estudios superiores en la Comunitat Valenciana.
De hecho, el gasto de personal es la parte fundamental del coste anual de la universidad valenciana. De los alrededor de 800 millones de euros que aporta el Consell a las cinco universidades, algo más del 70% se destina a pagar salarios.
Así, el presupuesto para las plantillas de las cinco universidades públicas valencianas a primeros del año pasado ascendía a 608,45 millones de euros, de los que 382,6 millones se destinaron al personal docente e investigador y 225 millones al administrativo.
LA UNIVERSITAT DE VALÈNCIA, LA MÁS GRANDE
Por pura historia, la Universitat de València-Estudi General es la mayor de las cinco y la que, por tanto, acumula mayor plantilla. En concreto 3.598 empleos en el apartado docente, con un coste de 138,5 millones de euros. A ellos se suman 1.759 empleados, entre funcionarios y laborales, de los distintos departamentos administrativos, con un coste de casi 63 millones de euros. La Universitat de València tiene unos 45.000 alumnos matriculados.
El coste del personal de la Universitat Politècnica de València asciende a 175,3 millones, de los que 109 van a pagar las nóminas y costes sociales de los 2.792 profesores y 65,3 millones para los 1.590 administrativos. El de la Universitat de Alacant, 115 millones, 68,7 millones para los 2.392 profesores y 46 millones para los administrativos. El de la Jaume I de Castellón es de 74 millones, 36 millones para las nóminas del personal docente e investigador y 37,8 para el de administración. Finalmente, la Miguel Hernández cuesta 42,98 millones en personal, 29,3 millones por los 1.110 profesores y 13,6 millones para los 435 administrativos.
El perfil del profesorado de las universidades valencianas, en todo caso, no es homogéneo, al igual que sus sueldos, que dependen de la categoría laboral y de los años que llevan. Pero más allá de los sueldos lo que resulta relevante para un análisis sobre si la dimensión del cuerpo docente es o no adecuada es el volumen de créditos que tienen que impartir a lo largo del año.
El total del profesorado valenciano, entre los catedráticos, titulares, ayudantes, asociados y el resto de modalidades que componen el cuerpo docente, tienen formalmente que dar 236.692 créditos anuales. Este dato sale de sumar las obligaciones docentes de todo el profesorado, desde los que tienen dedicación completa, 24 créditos anuales, a las parciales.
Hay que matizar que estos datos corresponden al curso pasado y que en el presente ejercicio ha entrado en vigor un cambio impulsado por el ministro José Ignacio Wert, que tiene en cuenta los resultados de la investigación del profesorado a tiempo completo para asignar sus horas de docencia, castigando a algunos profesores con un incremento hasta los 32 créditos, premiando a los que tienen mejores resultados en la investigación con una reducción a 16 créditos, y manteniendo a los que cumplen unos requisitos mínimos con 24 créditos.
Sin embargo la norma es que la mayoría de los profesores no alcanzan esa cantidad de créditos que, traducido en horas de clase, hay que multiplicar por 10, es decir: 24 créditos, 240 horas lectivas. En el mundo universitario español existen una serie de reducciones de docencia por distintos conceptos, que van desde cuestiones organizativas internas -ocupar cargos de gestión en la universidad- a actividades educativas, como la dirección de tesis o trabajos de fin de grado.
Incluso en la Universitat de València se decidió que la reducción de horas lectivas por cargos académicos (directores de departamento, decanos, etcétera) se aplicaría sobre los 24 créditos y no sobre los 32 que marcó la nueva norma del Ministerio de Educación. El de la universidad decana no es un caso excepcional. Todos los centros han buscado vías para rebajar esa exigencia de incremento de horas lectivas alegando la necesidad de contar con más tiempo para la investigación.
Con estas reducciones resulta difícil saber si la mayor parte del profesorado imparte realmetne los créditos que tiene asignados. . La adecuación cada curso del trabajo en las aulas de los profesores se convierte en "una labor de orfebrería" que se realiza anualmente en cada departamento, según las previsiones de docencia, los cargos académicos y las reducciones docentes de diversa índole. Este periódico no ha conseguido saber cuántas horas reales de clases se imparten por parte del cuerpo universitario valenciano al año.
No implica esto que los profesores universitarios no realicen más actividades. De hecho, tal y como reivindica el colectivo, la labor investigadora es clave en una universidad moderna. Saber qué tiempo se dedica a la investigación y los resultados de la misma en las cinco universidades públicas valencianas será objeto de la próxima entrega de esta radiografía.