VALENCIA. El juicio de los trajes encara su recta final con la fase de documentación. En pocos días se conocerá el veredicto sobre el expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, y el diputado Ricardo Costa, con el consiguiente grado de expectación existente en el PP valenciano y en Presidencia sobre la resolución del jurado.
Entre los fieles al expresidente se da por segura la absolución de Camps y Costa. Preguntados por el futuro del exjefe del Consell de ser declarado inocente, coinciden en que debe volver "a primera línea política" y señalan que, "conociendo a Paco, querrá estar en la Comunitat Valenciana".
Tres testimonios cercanos al expresidente apuntan en la misma dirección: el deseo de regresar a la vida política activa en tierras valencianas. Dirigentes cercanos a Camps en Alicante coinciden en que el exjefe del Consell "se merece estar en primera línea" y no creen en su salida fuera de la Comunitat. "Él es un enamorado de su tierra y quiere seguir aquí", puntualiza un cargo alicantino, quien insiste en que restituir de alguna manera a Camps "no implicar ir contra Alberto Fabra". "No es que se rechace al nuevo presidente, sólo que hay que ser justos con Paco", subraya.
En esta línea, desde el entorno del presidente de Les Corts, Juan Cotino, también se apoya que Camps regrese a la primera línea de la política valenciana si es absuelto. Cabe recordar que Cotino acompañó al exlíder del PPCV en la primera jornada en el TSJCV, llevándole en su propio coche y que durante su mandato siempre se situó como uno de sus principales consejeros. "¿Cuándo le declaren inocente, cómo va a repararse todo el daño que se le ha hecho?", comenta un colaborador de Cotino convencido de la absolución del presidente.
Entre los asiduos al juicio también existen opiniones sobre la intención de Camps de regresar a la primera línea política valenciana. "Está muy dolido y tiene ganas de volver", subraya un cargo que ha frecuentado la sala a lo largo del proceso.
Pese a que las fuentes consultadas, todas cercanas al expresidente, no apuntan a un regreso como máxima autoridad autonómica, sí se muestran firmes tanto en la restitución política de Camps si obtiene un veredicto favorable como en el deseo del propio expresidente de seguir en la Comunitat. Una situación que podría tornarse en incómoda para Alberto Fabra.
El que fuera jefe del Consell dispone de argumentos favorables a esta tesis que ya se encuentran esgrimiendo sus afines, como su victoria en las urnas y su propia dimisión, considerada "un acto de responsabilidad". Apuntan también a las propias declaraciones públicas del vicepresidente del Consell, José Císcar, o de Alberto Fabra, quienes han afirmado públicamente que el destino de Camps "dependerá de él".
Mientras algunos de sus fieles creen que Camps regresará a la política valenciana sin hacer ruido, otros consideran que el expresidente lo hará con fuerzas renovadas y cierto ímpetu. Ya hay quien considera un punto a favor para Camps el alejamiento entre la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y Alberto Fabra, un hecho que podría acrecentarse si el exjefe del Consell -quien siempre mantuvo una gran relación la primera edil- no goza de un trato exquisito en su posible vuelta al escenario político valenciano tras una hipotética absolución.
En cuanto a otros sectores del partido, la mayoría coinciden en la dificultad de que Camps pueda regresar con galones a la política en la Comunitat, pero sí reconocen que la situación, si es absuelto, sumada a algunas desavenencias entre Alberto Fabra y responsables de peso en la formación 'popular', pueden tornarse en compleja para el actual presidente.
Para completar los 'enredos' del PPCV, ayer se encontraron el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, y el conseller de Gobernación, Serafín Castellano, rivales antediluvianos en el partido y que, curiosamente en estos días, se han citado para abordar cuestiones de duplicidades entre administraciones. El titular de Gobernación, quien fuera el impulsor del plante 'zaplanista' en Les Corts contra Camps años atrás, se vistió ayer de pacificador para recomendar que no se perdieran "energías" en las disputas internas. Una muestra más de que los conflictos siguen cocinándose a fuego lento pero continuado en las filas del PPCV.