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ENTREVISTA AL CONSELLER DE TRANSPARENCIA

Manuel Alcaraz, conseller de Transparencia: "Si ambicionáramos la transparencia absoluta llegaríamos a la frustración

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VALENCIA (EFE/VP). El conseller de Transparencia, Responsabilidad Social, Participación y Cooperación, Manuel Alcaraz, defiende que no tiene una misión "policial", sino de "establecer cortafuegos para evitar que se puedan producir corruptelas, desviaciones y abusos de poder".

En una entrevista con la Agencia EFE, explica que desde su departamento quieren ayudar a que el ciudadano entienda que la política es una actividad "noble, respetable", y que la Comunitat Valenciana "no está sometida a ninguna maldición que la condene a vivir en un ambiente enrarecido".

"Desde luego, yo no soy Eliot Ness, mi misión no es perseguir corruptos, sino en todo caso la del médico que vacuna", afirma el conseller de Transparencia.

Para Alcaraz, la Comunitat Valenciana, desde el punto de vista de su "salud democrática", ha pasado "una grave enfermedad y hay que ayudar a que se recupere", si bien "tan grave es dejarla a su aire, como ha sucedido durante años, como intentar aplicarle remedios improvisados y hacer experimentos extraños".

El conseller considera que el cambio político y la "derrota tan brutal del PP" no hubieran sido posibles sin un "cambio de sensibilidad social fortísimo ante la corrupción", ya que la ciudadanía vive ahora la corrupción como "una forma de violencia simbólica".

Admite que le preocupa "un poco que haya una especie de juego de péndulo", en el cual se pretenda "llegar a una especie de transparencia absoluta", ya que esta "no existe, es una quimera", e incluso "filosóficamente es una contradicción".

"Tenemos que lanzar luz sobre los cargos públicos, pero si ambicionáramos la transparencia absoluta llegaríamos a la frustración", afirma el conseller, para quien hay que establecer mecanismos de control y de transparencia "que sean factibles".

Ha adelantado que esta semana se va a empezar a trabajar sobre la Oficina antifraude, uno de los grandes objetivos de la Conselleria, aunque admite que "pasará algún tiempo" antes de su creación, pues no se trata de algo que "podamos ni debamos improvisar", de manera que aquí "la forma de ser audaz es ser prudente".

A su juicio, hay que escuchar también a jueces, juristas, fiscales, la Sindicatura de Comptes o la Intervención de la Generalitat para hacer una "buena ley que tenga efectos perdurables".

Además, quiere potenciar la Inspección general de servicios, que "existe pero está absolutamente infradotada de personal" y podría ser un organismo de evaluación interna, algo similar al cuerpo de inspectores de Educación, formado por funcionarios, que actuara sobre las Consellerias con criterios sobre contratación, sobriedad en el gasto o cuidado del patrimonio público.

Uno de sus cometidos será aplicar la ley de Transparencia, aprobada el pasado marzo, que califica de "extraña", porque estableció una demora en la entrada en vigor hasta octubre, y que contempla medidas como un Consejo de Transparencia, que no le "acaba de gustar" porque le parece "demasiado burocrático".

El Consell quiere entablar una relación "fluida" con la ONG Transparencia Internacional y "mejorar" el Portal de Transparencia de la Generalitat, para lo cual el portal del Consejo General del Poder Judicial puede ser "modélico".

Preguntado sobre si se incrementará el presupuesto de la Generalitat para cooperación, afirma: "la lucha la daré, la victoria no la tengo conseguida", mientras reivindica que la cooperación es "una escuela permanente de ética".

Recuerda que llegar al 0,7 % del presupuesto de la Generalitat para cooperación es "un símbolo" y va a luchar por eso, aunque es consciente de que "mientras exista la deuda histórica y el agravio comparativo de la Comunitat en la financiación es muy difícil".

Alcaraz, cuya Conselleria no dispone de presupuesto ni de sede todavía, es partidario de buscar "alguna fórmula" para que los consellers tengan que responder a preguntas directas de los ciudadanos, y aboga por reformular el papel de las Casas de la Comunitat Valenciana en el exterior.

Así, explica que algunas han derivado "demasiado hacia lo folclórico", pero podrían desarrollar programas de atención al nuevo éxodo de valencianos, sobre todo los jóvenes.

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