VALENCIA. Tan sólo el 16% de los residentes en la Comunitat cuenta con un seguro sanitario privado. Así se desprende de la memoria social del seguro de 2014 realizada por la Asociación Empresarial del Seguro (Unespa), que sitúa a la Comunitat como la cuarta autonomía con menor tasa de penetración sobre la población tras Navarra, Castilla-La Mancha y Murcia. El dato de la región valenciana dista mucho del de la Comunidad de Madrid, que lidera el ranking con más de un 33% de asegurados.
En concreto, el estudio cifra en el 13% la penetración del seguro de asistencia sanitaria en la Comunitat y del 14% su penetración en la población, en ambos casos tasas inferiores a la media nacional. Preguntado al respecto, Ignacio Soriano, presidente del Colegio Mediadores de Seguros de Valencia, explica que el principal motivo por el que se produce este fenómeno es "el escaso conocimiento de este producto" por parte de los propios mediadores.
"El seguro de asistencia sanitaria está poco introducido en la Comunitat. La mediación tiene miedo de adentrarse en este producto pese a que sus márgenes son buenos comparados con otros seguros. Mientras los seguros de automóvil requieren una costosa gestión, con los seguros sanitarios ocurre al contrario: el cliente acude solo al médico, que es quien supervisa y factura el servicio", detalla Soriano.
El segundo motivo, según es presidente de los mediadores valencianos, tiene que ver con las características del propio seguro. "Al fin y al cabo es un producto de lujo, y en la Comunitat la gente ha sufrido mucho durante la crisis", explica.
Por último, según Soriano, cabe tener en cuenta el salto de calidad en la sanidad pública en la Comunitat, "en concreto en el hospital La Fe de Valencia, donde los pacientes cuentan con habitación individual, que es uno de los motivos que mueven a los clientes a hacerse un seguro privado".
Las tasa de los seguros de salud contrasta con la de penetración del seguro de decesos, que supera el 45% en la Comunitat, octava autonomía española en el ranking nacional. Según Soriano, tal circunstancia responde a la alta implantación de este producto en los pueblos de la región y a una creciente contratación en las capitales. "También tiene que ver el hecho de que la central de la firma Finisterre, adquirida posteriormente por Mapfre, estuviera en Valencia", añade.
