VALENCIA. Hay marejada en el menguado grupo municipal del PP en Valencia, ya que al disgusto por la casi segura pérdida de la Alcaldía se ha sumado la constatación de que varios concejales electos, se calcula que entre tres y cinco de los 10 de la lista de Rita Barberá que obtuvieron acta, no podrán tener dedicación exclusiva.
No tener dedicación exclusiva es no cobrar un sueldo. Percibirán dietas y una cantidad por asistencia a plenos, frente a los más de 62.000 euros brutos anuales, compatibles con otros ingresos, que cobraban hasta ahora todos los ediles de la oposición. El origen de este recorte es la reforma de la ley de Régimen Local impulsada por el Gobierno de Mariano Rajoy, que para una ciudad como Valencia limita el número de concejales con dedicación exclusiva a 25, de los 33 que integran la Corporación.
El PP teme que la mayoría de los ocho excluidos sean de su partido y los codazos han empezado, especialmente por parte de los más veteranos, que consideran una injusticia que ediles jóvenes como Beatriz Simón (número 3 en la lista), con más salidas laborales, o recién llegados a la lista municipal como Eusebio Monzó (número 4) les obliguen a salir al mercado de trabajo.
¿Cuál es el criterio? ¿Edad, antigüedad, puesto en la candidatura...? La Diputación de Valencia aliviará algo la situación con varios escaños que corresponden a ediles populares del Cap i Casal, pero no será suficiente.