C.Valenciana

Y de repente...
el Corredor Central

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VALENCIA. Alberto Fabra sólo lleva dos días en el cargo y ya debe enfrentarse a un ‘miura' difícil de lidiar: la defensa del Corredor Mediterráneo. A priori,  podría parecer una tarea sencilla con el fuerte respaldo de la todopoderosa Cataluña, la 'popular' Murcia y el aliento del tejido empresarial valenciano, si no fuera porque el sólido obstáculo que acaba de instalarse frente al líder valenciano también lleva tatuado el color azul y la gaviota... y el poder central del todo Madrid.

La reunión esta semana en Génova 13, la calle de Madrid donde se ubica la dirección nacional del PP, entre María Dolores de Cospedal, Esperanza Aguirre, Luisa Fernanda Rudi y Jose Antonio Monago, ha despertado inquietud en el Palau de la Generalitat. No es para menos. Las presidentas autonómicas de Castilla La Mancha (y secretaria general del PP), Madrid, Aragón y el de Extremadura, escenificaban su acuerdo para reivindicar el corredor ferroviario central.

De hecho, de esta reunión partía la petición de encontrarse con el ministro de Fomento, José Blanco, para reforzar este proyecto y, además, el anuncio de contactar con el presidente de la Unión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el comisario europeo de transportes, Siim Kallas, para potenciar las opciones del llamado Eje 16, con la intención de auparlo dentro de la Red Básica Transeuropea de Transportes de la Unión Europea.

Cuanto más arriba se encuentre una infraestructura en esta lista -se hará pública entre septiembre y octubre- mayor prioridad tendrá en la recepción de fondos de la UE para ser impulsada. Parece lógico, según confirman los expertos consultados, que desde Europa no convertirán en eje prioritario a más de uno de los corredores propuestos desde España, lo que supone el inicio de una carrera entre intereses contrapuestos entre el Corredor Central y el Mediterráneo.

Estos movimientos han alertado a Gobierno valenciano y oposición, que llevan reivindicando desde mucho tiempo atrás el Corredor Mediterráneo. A su lado han tenido a los 'pesos pesados' de la escena empresarial valenciana: José Vicente Boluda (AVE), José Vicente González (CEV y Cierval) o José Vicente Morata (Cámara de Comercio)... todos ellos han respaldado y exigido el impulso a esta infraestructura en los últimos años. De hecho, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, citó el desarrollo de esta obra como una de sus exigencias prioritarias en su juramento del cargo. 

Esta misma semana, el propio ministro de Fomento, José Blanco, se reunía con la patronal y garantizaba a Cierval la defensa del Corredor Mediterráneo. Esta afirmación se refuerza con los 8.400 millones de euros invertidos de 2004 a 2010 en el desarrollo de esta infraestructura hasta el alcanzar los 430 kilómetros construidos. De hecho, entre 2010 y 2011, se han invertido unos 3.000 millones de euros por parte del Gobierno en el proyecto, lo que según fuentes socialistas, supone una "prueba clara" de la intención del Ejecutivo de llevarlo adelante.

No obstante, el Ministerio de Fomento también tranquilizaba días antes a los demandantes del Eje 16 asegurando en un comunicado que mantenía su "apuesta" por esta infraestructura ferroviaria. ¿Cuál es la prioridad entonces para el Gobierno de España? Y, sobre todo, ¿cuál será el que la Unión Europea señale como eje prioritario?


EJE 16 O CORREDOR CENTRAL

El Eje 16 tiene dos ramales en origen que se unen Puertollano (Ciudad Real), desde donde ya sigue un único trazado que pasa por Madrid y Zaragoza hasta París, atravesando el Pirinero central. En cuando a los dos ramales de origen, uno sale del Puerto de Algeciras (Cádiz) y va directo a la localidad manchega, mientras que el otro procede del Puerto de Sines (Portugal) y llega a Badajoz-Elvas, desde donde conecta con Puertollano.

En la Cumbre Hispano-Lusa de Figueira da Foz, en 2003, los gobiernos español y portugués firmaron un acuerdo por el cual daban a esta infraestructura un carácter estratégico y prioritario, que luego fue corroborado por la UE en 2004.

El factor más conflictivo del Eje 16 es el ramal que tiene su origen en Algeciras, punto también de partida del Corredor Mediterráneo. Expertos consultados consideran "inviable" a día de hoy que la UE y el propio Gobierno puedan financiar dos infraestructuras que partan desde el mismo puerto, en este caso, Algeciras.


CORREDOR MEDITERRÁNEO Y CENTRAL: ¿COMPATIBILIDAD?

La consellera de Infraestructuras, Isabel Bonig, señaló el pasado jueves a raíz de las reivindicaciones de sus compañeros del PP que la puesta en marcha de un eventual Corredor Central y el Mediterráneo no resultaban "incompatibles" y reiteró que el eje ferroviario de Algeciras a Francia pasando por las tres provincias valencianas era "innegociable".

La respuesta no tardó en llegarle por parte del diputado del grupo socialista y portavoz de Infraestructuras en Les Corts, Francesc Signes, exigiendo una rectificación. "La compatibilidad del Corredor Central y el Mediterráneo supondría excluir Alicante de esta infraestructura", subrayó.

Precisamente esta es una de las posibilidades sobre la que se ha especulado a raíz de un informe publicado por la consutora PwC: la prioridad a un trazado similar al Eje 16 que tuviera paso por Valencia pero que dejara fuera a Alicante. Los socialistas valencianos rechazan de plano esta posibilidad y exigen al Gobierno valenciano que "desautorice" las declaraciones de Bonig.

CONFLICTOS INTERNOS ENTRE AUTONOMÍAS DEL PP

Los pulsos territoriales entre la Comunitat Valenciana y otras autonomías no son nuevos. Casi siempre han versado sobre infraestructuras y, en los últimos años, los trasvases han sido los principales protagonistas de la polémica, sobre todo en el caso del PP.

Como muestra, un botón, la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, rechazaba con rotundidad la posibilidad de recuperar el trasvase del Ebro en su toma de posesión mientras con unas horas de diferencia, a unos cientos de kilómetros al sur, la presidenta de la Diputación de Alicante, Luisa Pastor, también del PP, lo reclamaba al recoger su vara de mando.

Ejemplos hay muchos. El expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, recibió agrias críticas del PP aragonés en los últimos años cuando reivindicaba públicamente el trasvase del Ebro e, incluso, la polémica se trasladó a la redacción del programa electoral nacional para las elecciones generales de 2008.

Otra de las polémicas existentes la ha protagonizado María Dolores de Cospedal cuando era líder de la oposición manchega, apoyando en el estatuto autonómico la cláusula que establecía la fecha caducidad del trasvase Tajo-Segura para 2015, lo cual ocasionó unos cuantos quebraderos de cabeza para el PP valenciano.

Ahora, precisamente dos de las regiones con las que los ‘populares' valencianos, en especial Francisco Camps, han tenido duros enfrentamientos -más algún que otro rifirrafe con Esperanza Aguirre- son las reclamantes del Corredor Central, que puede arrinconar los intereses de la Comunitat Valenciana.

Desde el PSPV tienen claro que la apuesta actual del Gobierno central es la de impulsar el Corredor Mediterráneo. Sin embargo, Mariano Rajoy tiene ante sí el dilema de establecer a partir de ahora un discurso de cara al próximo 20 de noviembre a favor de una infraestructura, aunque lo previsible es que que juegue a la ambigüedad y espere a que la Comisión Europea establezca sus prioridades, decisión prevista para el mes de octubre. Mientras, el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, deberá decidir su nivel de beligerancia frente a otros líderes autonómicos 'populares' que reivindican una infraestructura que amenaza con relegar a segundo plano una de las reivindicaciones estrella del PP valenciano en los últimos años.

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