Pese a que su familia trabajaba en la banca, David Conde llegó a ella hace veintiséis años casi por casualidad y gracias a un anuncio en la prensa
VALÈNCIA. David Conde Álvarez (Salamanca, 1970) correteaba de niño los fines de semana por los hangares de la base aérea de Matacán, donde su tío era teniente coronel. «Quería ser militar del aire», reconoce a Plaza este empedernido viajero que este año quiere completar en Israel los cincuenta países visitados. Sin embargo, la miopía truncó los planes militares del director territorial Este de BBVA, que abarca la Comunitat Valenciana, Islas Baleares y la Región de Murcia, desde julio de 2018.
«No era mi vocación licenciarme en Empresariales, pero lo decidí en COU por todo lo que me abría profesionalmente», explica este financiero que disfruta estando con su su esposa María y sus dos hijos (Marina y Javier), corriendo —maratones y media maratones—, esquiando, disfrutando de la gastronomía —conoce bien los vinos valencianos—, yendo al teatro y que, entre otros hobbies, es un devoto de la náutica.
¿Qué le llevó a encaminar su vida laboral a través de la banca? «La verdad es que no me vino por inspiración, aunque mi padre trabajó en el Banco del Oeste —entidad que pertenecía al holding Rumasa de Ruiz-Mateos—, que, con la expropiación, pasó a manos de BBVA; mientras mi hermano estuvo una década en el antiguo Banco Santander Central Hispano. Por tanto, la banca no me resultaba extraña, pero me hubiera gustado emprender un proyecto mientras estudiaba».
Ironías del destino, cuando marchó a Madrid la banca no fue su primer destino laboral sino la prensa (se inició en el departamento de suscripciones). Posteriormente una empresa auditora familiar, mientras hacía por las noches un curso de comercio exterior en el extinto Banco de Castilla (Grupo Banco Popular). «El hecho de saber escribir muy bien a máquina me permitió pasar las pruebas y allí fue donde comencé mi vida laboral en la banca», comenta.
Su rumbo cambió hace veintiséis años por un anuncio en la prensa: «ví que BBVA había puesto en marcha un Plan de Carrera para futuros directivos y me presenté. Aprobé las pruebas y dejé, siendo fijo, Banco de Castilla. Allí aprendí mucho e hice buenos amigos. ¿Acertó en el cambio? «Sí porque he hecho una carrera muy bonita, pese a los sacrificios personales y familiares realizados, pero todo lo ha compensado. Esta es la casa de la banca», explica con un brillo en los ojos.
¿Podemos decir que lo suyo fue un auténtico ‘flechazo’ con BBVA donde se siente plenamente identificado con sus valores? «Así es porque fue un ‘flechazo’ en toda regla [sonríe], mientras el alineamiento con los valores es total porque ya cuando entré lo eran y con el paso del tiempo todavía más. Tenemos tres valores principales como son poner al cliente en el centro, pensar en grande y trabajar como un solo equipo. Los valores de una empresa tienen que estar en tu ADN».
Tras ocupar diversos puestos de responsabilidad en distintas comunidades españolas (Navarra, Galicia, Castilla y León, Madrid o Canarias) aterrizó en València en 2018. ¿Qué balance hace al frente de la Territorial Este? «Muy positivo. Esto es un aprendizaje diario donde cada vez conoces mejor tu trabajo y a tus clientes. Viví aquí lo más duro de la pandemia y vi a un banco pegado a los clientes, familias y empresas siendo parte de la solución».
Conde, que venía de ocupar la dirección territorial de Canarias, señala que una de las cosas que más le impactó al llegar al Cap i casal fue la luz de la ciudad. «Recuerdo que estando en Mogán alguien me dijo que era el municipio europeo con mayor número de horas de sol al año. Sin embargo, el primer día que vine a València me sorprendió la luminosidad, la que Sorolla retrata en sus cuadros», comenta apuntando a uno de ellos que tiene en su despacho.
David Conde comenta otros aspectos de la ciudad que le gustan: «correr en los jardines del Turia, lo tranquilo que se vive aquí, las Fallas, la cantidad de estudiantes de Erasmus que hay, el callejear… y que estoy en una ciudad que es un polo de innovación con mucho emprendimiento».
Máster en Dirección y Administración de Empresas por el Instituto de Empresa y PDD por el IESE Business School (Universidad Navarra), sobre la importancia de la formación explica que «más allá de la formación que tenga cada uno, hay que seguir sorprendiendo al cliente y más en un sector hiperregulado como el bancario. El trabajo no sirve de mucho si no te actualizas diariamente. De ahí que en BBVA todos los jueves del año están dedicados a la formación, desde el country manager pasando por cada gestor. Hay que estar al día por pura necesidad».
¿Tanto ha cambiado la banca desde que comenzó a trabajar en ella en 1996? «¡Y tanto! [sonríe]. Solo te digo que cuando empecé a trabajar en este sector me pidieron el certificado de penales, lo que me pareció muy bien. Bromas aparte diré que lo que no ha cambiado es la esencia del negocio, pero sí la forma de trabajar y más en los últimos años con la transformación digital». Y ahí BBVA está en plena vanguardia… «Nos lo tomamos como una asignatura en la que queríamos ser líderes y lo hemos conseguido. No puedes ir por detrás del mercado sino por delante y ahí seguimos. Nuestra app ha sido en estos últimos cinco años la más potente de Europa según Forrester, lo que nos convierte en líderes en experiencia digital». Por último, ¿estamos asistiendo al final de la banca como la hemos conocido históricamente en España? «¡Claro que no! Se está transformando y ahí estamos nosotros haciendo una banca de otra manera, siete días a la semana y 24 horas al día. Además, nos hemos ido a Italia y allí nos enfrentamos al sector de igual a igual, como un neobanco en un mercado durísimo como es el italiano»
¿Hipotecas a plazo fijo o variable?
«Lo normal es que los tipos sigan subiendo y las hipotecas también. Contratarla es una de las decisiones más importantes que hace una persona en su vida. Hay que preguntarse si es mejor alquilar que comprar, los gastos en que se va a incurrir, si son seguros tus ingresos… Por tanto, hay que sacar números con la mente fría y ayudar a nuestros clientes a hacer esos números, ya que nuestra entidad será viable solo cuando nuestros clientes lo sean».
* Este artículo salió originalmente en el número 96 (octubre 2022) de la revista Plaza