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VALÈNCIA. (VP/EP). La "singular" clase de historia de David Espinosa, en la que se teatralizan los acontecimientos que constituyen el desarrollo de la humanidad a través de la manipulación de objetos, la acción coreográfica y la proyección de sombras, se dan cita en el Teatre El Musical (TEM) con Una historia universal.
La obra de Espinosa, que se representará el 23 y 24 de febrero en El Musical, permite que el artista ilicitano continúe con la experimentación con el objeto como elemento narrativo presente en sus últimos trabajos, según ha indicado la institución museística en un comunicado.
El trabajo de Espinosa gira en torno a la idea de representación y a la ruptura de los límites de la teatralidad, cuestionando el hecho escénico y alterando la ecuación de los elementos que la componen. El artista mantiene un espíritu crítico, cargado de ironía, sobre la sociedad y el mundo del arte e intenta en cada creación desarrollar un juego formal que sorprenda al espectador y le haga partícipe en el visionado de la obra, exponiendo con crudeza los mecanismos y planteamientos del trabajo.
"Creo que es una necesidad que nace del público. Cada vez más estamos encontrando que el público más convencional está pidiendo cosas nuevas y diferentes al teatro convencional y valora el riesgo y la experimentación en las formas teatrales", ha explicado Espinosa.
El artista está "cada vez más" interesado en la "creación de significado" a través de la relación entre la forma, la luz y el sonido. En Una historia universal, profundiza en el concepto de espectacularidad planteando dispositivos que mediante métodos precarios y 'low tech' generan efectos cargados de teatralidad.
En este contexto, utiliza juguetes para adultos, con los que ofrece una particular experiencia donde el componente lúdico tiene tanto valor como el discurso artístico, creados de una forma artesanal y casera, que "siguiendo la doctrina punk del 'hazlo tú mismo', acercan al espectador la creación contemporánea, evitando la figura del artista elitista y endogámico".
La coreógrafa carioca presenta el próximo 20 de abril en el Teatre Musical su último espectáculo como directora de la compañía SUAVE. Zona Franca es una pieza hiper energética (y no exenta de crítica política) que hibrida danza contemporánea y estilos urbanos brasileños