El progreso y la post-modernidad en la que vivimos nos hacía pensar que las llamadas limpiezas étnicas, ya fuesen por razón de religión, raza o de creencias políticas, eran cosa del pasado. Y ahora, justo cuando se cumplen 71 años del fin del holocausto en los campos de concentración dirigidos por el Nacional Socialismo, y próximos a celebrar los 25 años de la disolución del Pacto de Varsovia (poniendo fin a los campos del gulag soviético), parece tristemente que no es así.
Antes de que acabase el siglo XX, en el propio vecindario europeo tuvimos las limpiezas étnicas de los Balcanes, fruto en parte de la indecisión europea, hasta que el Tío Sam intervino poniendo orden nuevamente. Algunos piensan que, cuando aparece un problema, con no hacerle caso y dejar pasar el tiempo, éste se solucionará por sí mismo. Pero está claro que no será así, sino que generalmente se enquistará y casi siempre terminará pudriéndose al final. Eso está ocurriendo en la crisis migratoria que vive Europa donde las víctimas son los propios refugiados y los perjudicados, de una manera u otra antes que después, seremos también los europeos.
en la crisis migratoria que vive EuropA, las víctimas son los propios refugiados y los perjudicados, de una manera u otra, seremos también los europeos
El sufrimiento que está generando la situación es una bomba de relojería que nos pasará factura por no haber tomado medidas a tiempo, ya saben el dicho, no hay peor decisión que la que no se toma. Puede llegar un día donde todas esas miles de personas que ya serán millones, reclamen justicia (ya saben cuando ésta tarda en aplicarse y finalmente llega es más venganza que justicia) por todos los que han muerto (y lo siguen haciendo) ahogados en el mar, incluso los casos de muertos por frío que ya se han producido en el invierno centroeuropeo, y para finalizar en la escala de crueldad y padecimiento, las miles de desapariciones de niños refugiados que se están produciendo (unos 10.000) según han alertado en los últimos días fuentes policiales europeas, y que parte de ellos acabarán en poder de bandas de trata de seres humanos.
Todas estas dramáticas mareas humanas que terminan en las costas europeas, tienen que estar dirigidas o permitidas por intereses, no muy ocultos y sólo se necesita analizar el QUI PRODEST (a quién beneficia), que juegan con el lógico miedo de una población que huye de una guerra civil, para su propio beneficio, pues cientos de miles de personas (refugiados sin documentación y otras precarias situaciones) no atraviesan países y recorren miles de kilómetros así como así.
Por otra parte, entre los europeos también se está generado, en menor escala cuantitativa y claro está cualitativa, sufrimiento. Si no, veamos lo ocurrido en las agresiones sexuales y asaltos de la última Nochevieja en diferentes ciudades alemanas como Hamburgo, Düsseldorf y sobre todo Colonia, donde su jefe de policía fue cesado. A raíz de este caso se ha puesto en evidencia a ciertos países comunitarios donde han intentado ocultar o minimizar estos mismos hechos, practicando la táctica del avestruz, y que parecen estar guiados por similares complejos, como los que han llevado a tapar las estatuas en la visita del presidente de Irán a Italia, primando la llamada diplomacia económica sobre la libertad de expresión artística y la dignidad de nuestra cultura.
En España, que sufrimos esta llegada masiva en la crisis de los cayucos y de las vallas de Ceuta y Melilla durante el gobierno de Zapatero (aunque se reproducen de vez en cuando), estamos en la diana de los terroristas del ISIS, cuando claramente reclaman en sus últimos comunicados la recuperación para los musulmanes de Al Andalus, citando ciudades concretas entre las que hay algunas de nuestra Comunitat como Játiva. Además en la última semana nos hemos enterado que el número de Yihadistas previamente residentes en España muertos en las filas del ISIS en el conflicto sirio se ha incrementado a 29 (cuatro nuevos casos).
El Parlamento Europeo ha aprobado una resolución por la que considera como genocidio las acciones del Ejército Islámico contra cristianos y minorías
De todas formas este pasado jueves 4, el Parlamento Europeo ha aprobado una resolución por la que considera como genocidio las acciones del Ejército Islámico (ISIS/Daesh) contra los cristianos y otras minorías étnicas y religiosas y pide a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU que soliciten a la Corte Penal Internacional la investigación de estos crímenes y no se deje pasar más tiempo para una acción determinante de la ONU sobre este genocidio, con lo que algo parece moverse (aunque sea poco) en las instituciones europeas para acabar con el foco del problema. Pues llegará un momento que, si sigue sin funcionar la política común europea de fronteras, habrá que dejar en suspenso esa parte de los tratados (ojo no es lo deseable y ya se está realizando aisladamente), no sea que por salvar una parte perdamos el todo -la UE-, dada la grave crisis institucional que está generando la cuestión.
Resolvamos nuestros problemas cuanto antes, y no hagamos de Don Tancredo o de Avestruces, porque sino tanto nuestros sufrimientos como los de los demás serán mucho mayores y además nuestra civilización se pondrá en serio peligro.