De casa del médico a coworking: la nueva vida de espacios simbólicos para frenar la despoblación

VALÈNCIA. Llocnou de Sant Jeroni, 567 habitantes y ubicado en la comarca de la Safor. Su antigua casa del carpintero, conocida como La Fustería, se transformará en un coworking y en aulas taller. La Llosa de Ranes, 3.680 moradores y situado en la comarca de la Costera. La histórica Casa del Metge pasará a ser un espacio de impulso laboral y social.

Se trata de dos ejemplos de la rehabilitación de edificios en desuso en fase de recuperación para adaptarlos a nuevas utilidades en localidades en riesgo de despoblación. Lo hacen dentro del denominado Pla Conviure auspiciado por la Generalitat que contempla subvenciones para la rehabilitación de inmuebles y resucitarlos para una nueva vida comunitaria.

En la práctica, su objetivo consiste en mantener el patrimonio local aunque con otra utilización. Ayora, 5.230 residentes y que da apellido a la comarca del Valle de Ayora, experimentará este hecho en su emblemática Lonja, construida en el siglo XIX y que lunes y sábados acoge mercado ambulante, y en el entorno de la Plaza de la Fuente.

La cubierta de chapa metálica del edificio será sustituida por otra de teja. El proyecto redactado en este municipio que pertenece al partido judicial de Requena prevé la implantación de más vegetación, eliminar barreras arquitectónicas que atenúan la vista del castillo o instalar más mobiliario urbano.

¿Supondrá un cambio radical en la fisonomía del municipio? "Estamos altamente comprometidos con el mantenimiento del patrimonio y la sostenibilidad. La finalidad consiste en renovar el estado de los municipios aunque con la conservación y mejora de sus bienes locales", explica Carles Palmí, responsable de Epigram, el estudio de arquitectura que participa en la ejecución de proyectos en esa línea en 40 localidades de la Comunidad Valenciana.

"Intentamos adaptar el pueblo a lo que los vecinos necesitan. Por una parte, para que vengan nuevos; y, por otra, para que quienes están no se tengan que ir. Abordamos un plan de choque para revitalizar el turismo y con el fin de crear más espacios deportivos", indica Jesús Salmerón, alcalde de Gátova. Precisamente en su municipio el despacho de arquitectura citado anteriormente ha diseñado la reforma del centro cívico con el objetivo de impulsar nuevos usos.

40 vecinos más en Gátova

En esa línea de recuperar edificaciones antiguas para acomodarlas a utilizaciones actuales se halla, por ejemplo, la compra por parte del Consistorio de esta localidad de la comarca de Camp de Túria de "la casa de la tía Ángeles la Sanz, una antigua vaquería en la plaza del Ayuntamiento, que queremos que sea centro de día para nuestros mayores", recalca Salmerón, quien anuncia con orgullo que "en el último año hemos pasado de 392 a 432 habitantes. Proporcionalmente para Gátova, esto significa mucho".

Retornando a la antigua casa del carpintero de Llocnou de Sant Jeroni, data de 1930, abarca 304 metros cuadrados y en la actualidad se halla abandonada y en avanzado estado de deterioro. El proyecto de Epigram prevé la rehabilitación del edificio y la adecuación del entorno construido, con un ensanchamiento de la calle.

Por su parte, la que fue hogar del médico en Llosa de Ranes se expande en 233 metros y sirve en la actualidad para almacenar enseres del Ayuntamiento. La vivienda adyacente se emplea en guardar instrumentos musicales. El diseño para nuevo uso prevé mantener su estructura y llevar a cabo una reforma y ampliación que permita utilizar estos lugares como especiales sociales y culturales, para asociaciones e incluso cotrabajo.

Ese destino de transformación de uso afecta al teatro municipal de Titaguas, a la biblioteca de Jalance para metamorfosearla en centro cívico y de exposiciones, a la casa de la cultura de Bufali o al ayuntamiento de Alfahuir, entre otros pequeños municipios de interior de la provincia de Valencia que se enfrentan cada año al riesgo de perder población y servicios. "La participación ciudadana resulta fundamental en la toma de decisiones, tanto de la estrategia como del proceso y el uso final", apunta el responsable de Epigram.

Patrimonio municipal

La alcaldesa de Llosa de Ranes, Salvi Pardo, explica que el municipio ha recibido medio millón de euros del anteriormente citado Pla Conviure que ha destinado "a rehabilitar y ampliar la antigua casa del médico para albergar un espacio social destinados a jubilados y pensionistas y a otras actividades cívicas y culturales". Tanto esa instalación como el local contiguo son propiedad del Ayuntamiento, especifica la máxima munícipe, que destaca la disponibilidad de este edificio del patrimonio municipal para uso social.

¿Frenará la despoblación? "Indirectamente contribuye a mejoras de espacios y servicios que se ofrecen a los vecinos y, por consiguiente, representa tener un atractivo para los que viven en el pueblo y que no se marchen a las ciudades", responde la alcaldesa de Llosa de Ranes.

En esa idea coincide con Melanio Esteban, alcalde de Higueruelas (530 habitantes. Comarca de La Serranía) y presidente del Foro de Municipios de Interior de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP), organismo entre cuyas principales finalidades se encuentra frenar la despoblación.

Internet y despacho gratis

"Es más importante dotar de servicios a la población y que, indirectamente, atraigan a gente que cobrar por esas prestaciones", apunta mientras explica su intención de crear un espacio común con acceso directo para internet y de uso para particulares, por temporadas concretas y sin cobrar.

En su municipio ha adquirido dos viviendas contiguas al ayuntamiento con el fin ampliarlo y se plantea abrir una parte a esa utilización para teletrabajo. Como ha llevado a cabo Alpuente con una vivienda del patrimonio histórico local que linda con su casa consistorial. Ha pasado de edificio emblemático a coworking o espacio compartido laboral bien surtido de internet. Otro ejemplo más del nuevo y pragmático uso de inmuebles emblemáticos con la finalidad de proporcionar servicios a antiguos y nuevos residentes.