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MAR ABIERTO / OPINIÓN

De juegos y fuegos

15/03/2022 - 

Fallas, por fin, tras dos años de anormalidad. Ojalá que el fuego del día de San José, abrase los malos augurios y purifique la espesa atmósfera que hemos respirado durante estos desconcertantes 24 meses.

Es justo recordar la responsabidad, durante este tiempo, del colectivo fallero; la desazón que han venido soportando los sectores asociados a la fiesta; los muchos comerciantes y autónomos afectados por la grave grieta económica derivada de la crisis sanitaria. Y, por supuesto, todos a quienes la covid ha privado, para siempre, de las fallas. De la misma vida.

Y cuando parecía que llegaba el alto el fuego en la pandemia, con permiso del nuevo ‘ómicron silencioso’ (qué hartura de mutaciones y olas), un juego siniestro ha irrumpido violentamente: la ‘ruleta rusa’ invadiendo Ucrania, asaltando la democracia, la seguridad y la libertad de todos. Cuánto dolor devastador acumulado. Tanto que muchos, seguramente también usted, nos  preguntamos qué está pasando en este mundo de calamidades sucesivas. Demasiados escenarios en que se está jugando con fuego.

De entrada, el ex KGB Putin, jugando sádicamente con el botón nuclear, y dejándonos atónitos ante la sola mención de una tercera guerra mundial. Con un brutal asedio a Kiev, defensa numantina de los ucranianos, y misiles casi en las fronteras de la UE. Generando una crisis humanitaria gravísima, con el éxodo de millones de ucranianos. Ya están aquí y van a necesitar una atención prolongada, para la que hace falta anticipación, organización y protocolos eficaces, que aún no vemos en España ni en la Comunitat Valenciana. Que no ocurra como con otros refugiados,  a los que han hecho  la ‘photofinish’ en la llegada, pero han acabado teniendo que ser atendidos por las auténticas ONGs del pueblo, como Cáritas, Casa Caridad o Unicef, ante el ‘mutis por el foro’ de las instituciones públicas.

Pero si no teníamos bastante con la sucesión de infortunios, nos está sobrepasando otro tsunami: la grave crisis energética (que ya venía de antes), con alzas indigeribles en carburantes, electricidad y gas. Lo hemos escrito una y otra vez: era necesario, y ahora inaplazable, reducir drásticamente los impuestos en estos bienes de primera necesidad y sacar de las facturas los costes regulatorios que no obedecen al consumo, derivándolos a los PGE. Que los consumidores paguen sólo por la energía que realmente utilizan y se abonaría con una cuarta parte de su recibo.

 

Pero hasta en un momento tan duro, Pedro Sánchez nos ha vuelto ha mentir. Sin recato ni escrúpulos. Y en su escapismo habitual de eludir toda responsabilidad, ha asegurado solemne (y falsamente) que “la inflación y los precios de la energía son única responsabilidad de Putin y su guerra”. Falsamente porque la tropelía del ruso agrava el problema, pero no lo ha creado.

Los precios de la energía están disparados desde abril 2021. La inflación era del 7,1% antes de la invasión. La electricidad ha tenido ya picos de 700 euros el kWh, sin que el gobierno mueva un músculo; tampoco para reducir el gasto público que no se centra en lo esencial. El precio del barril es menor que en el temible 2008, pero llenar el depósito cuesta el doble al consumidor.

¿Donde está la trampa? En los costes ajenos al consumo que el gobierno socialista debió regular mejor desde que empezaron estos juegos del hambre, en lugar de levitar ‘afalconado’ mientras la situación es ya inasumible para muchos ciudadanos, que a duras penas pueden afrontar el coste de la gasolina, la luz y la bolsa de la compra. Como muchos comercios, autónomos, agricultores, transportistas, agricultores, pymes…. que están teniendo que parar su actividad porque mantenerla les cuesta más de lo que ingresan. Y la gente lo que quiere es trabajar -y no perder el empleo-, no  arruinarse por hacerlo.

En qué manos estamos. La verdad ha sido, desde el minuto 1 de su mandato, la primera víctima del ‘Sanchismo’. Que juega a ser un Presidente Nerón, generando continuamente incendios con su irresponsable incompetencia. Que tampoco sabe aplicar la manguera para apagarlos. Y que ahora, en medio de toda esta situación, ha decidido que lo que procede es protagonizar una ‘docuserie’, lo que ni comentaré.

Es momento de gobernantes preparados que garanticen gestión, estabilidad y mayorías. España está esperando eso: que alguien serio y capaz la gestione. Y permítanme que les cuente, que, sin juegos ni fuegos, yo -y muchos- sabemos, ya, quién lo va hacer bien.                                                               

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