CRÍTICA DE CONCIERTO

De la clase de Buchbinder con Gershwin a la poética de Manacorda en Debussy y Berlioz

26/03/2023 - 

VALÈNCIA. Se estrenaba con la Orquesta de Valencia el joven director Húngaro actual titular de la Real Filarmónica de Lieja y los resultados no pasaron de la corrección. Abría el concierto como viene siendo habitual una obra de repertorio contemporáneo. En este caso la breve Voile, per a 20 cordes del compositor Iannis Xenakis. Una composición impresionante de una tímbrica arrebatadora y una armonía extrema tan característica del compositor rumano con esos bloques de enormes acordes desde el punto de vista armónico que aunque huyen del sentimentalismo no dejan de comunicar una profunda poética e incluso nostalgia. Los músicos de la orquesta, como viene siendo habitual en esta clase de repertorio trazaron una notable y valiente versión de esta breve aunque compleja partitura. Tras ello comparecía un viejo amigo de la casa como es el gran y veterano pianista austricaco Rudolf Buchbinder que sigue conservando toda la frescura y elegancia inalteradas. No fue una versión de fraseos arrebatados, ni demasiado jazzística sino más bien “europea”. Entiéndaseme este calificativo como limpia, fresca pero sin grandes contrastes, poco “percutiva” tanto por el solista y orquesta, y como consecuencia, con cierta falta de brillantez desde el punto de vista orquestal. 

Técnicamente, no se puede poner ningún pero a la relación orquesta, director solista por lo que los resultados fueron satisfactorios. Excelentes los solistas de trompeta, oboe y clarinete en el sensual adagio y magnífico Buchbinder, en todo el concierto con una digitación limpísima como en él es habitual y un pianismo lleno de clase y estilo. Su dominio técnico apabullante le permite disfrutar cada frase, pero tampoco es un pianista al que guste la exhibición en detrimento de la contenida elegancia que siempre es su compañera de viaje. Cerró el concierto una lectura correcta, aunque de trazo un tanto grueso, algo precipitada y no demasiado profunda de la visionaria Sinfonía en Re de César Franck. El Alegretto fue lo mejor con unas maderas Los solistas de la orquesta- maderas, trompa- hicieron sus deberes con nota en el Allegretto. Dicho esto, hay que añadir que, si bien para el piano la acústica del Principal funciona a la perfección, sin embargo, no para el sinfonismo postromántico que rechaza una sala tan seca. Quizás convendría ver las prestaciones de Mandaras en la sala Iturbi del Palau de la Música.

Jueves 23 de marzo
Teatro Principal
Obras de Xenakis, Gershwin y Franck
Rudolf Buchbinder, piano
Orquesta de Valencia
Gergely Madaras, Director musical

Manacorda en Les Arts

Se llenó el auditorio de les Arts para recibir por segunda vez al director italiano Antonello Manacorda que ya nos había dejado un excelente sabor de boca en su anterior visita. Para abrir el concierto se ofreció una lectura llena de transparencia y precisión del soleado y mediterráneo Homenaje a Debussy del maestro Palau. Los Nocturnos para orquesta y coro femenino de Debussy se inspiran en un estímulo sensorial extramusical como es habitual en el corpus del genial compositor francés. En este caso lo es en las obras homónimas del gran pintor norteamericano James McNeill Wihstler. Manacorda ofrece una magistral lectura de enorme sensibilidad poética a través de un ritmo pausado logrando hacer desaparecer en el primer movimiento Nuages la sensación de tiempo musical. 

El director italiano obra el milagro deconstruyendo la música sin que en momento alguno se pierda la unidad del fresco “decorativo”, pues fue el propio Debussy quien indicó que esta música debía entenderse como decorativa en el sentido del color y de las impresiones de la luz en sus distintas fases. Fabulosa en el Corno inglés Ana Rivera en el primer movimiento, así como Christopher Bouwman en el oboe contribuyendo ambos a crear esa atmósfera atemporal, impresionista. Toda la formación se mostró brillante, especialmente los metales, en Fetes y las Sirenas del tercer movimiento encarnadas por las excelentes voces femeninas del Cor de la Generalitat que mostraron a la perfección toda la gama tornasolada de colores de la partitura, no exenta de sensualidad. A través de una gran lectura como la acontecida, la partitura de Debussy somete, o mejor, conduce “mágicamente” al oyente a un ejercicio de escucha que le transporta a una a  través del hedonismo sonoro a una suerte de abandono y ensimismamiento. 

La Sinfonía Fantástica es una de las partituras más geniales del sinfonismo del siglo XIX por la modernidad que encierran sus compases además de por otros muchos más hallazgos. Adelantada a su tiempo varias décadas su carácter visionario a tumba abierta hacia el futuro, todavía nos deja boquiabiertos si tenemos en cuenta que es una obra compuesta en 1830 a penas tres años del fallecimiento de Beethoven. Se trata de una obra de gran repertorio y en les Arts ya la hemos podido escuchar, con esta, en cuatro ocasiones. La lectura de Manacorda es técnicamente irreprochable, virtuosística e incluso bella, y, como no podría ser de otro modo, la orquesta contribuye magníficamente a ello tanto en conjunto como en sus enormes solistas… sin embargo no atisbé la locura, el expresionismo o del carácter grotesco y, en definitiva, fantástico de la obra. Bernstein la definió como “la primera expedición a la psicodelia”. Pero en el caso de Manacorda es obra de Friedrich o de Turner, más que una acuarela de William Blake, una pintura negra de Goya o un dibujo de Alfred Kubin. 

El director italiano dirige su mirada demasiado hacia atrás, hacia el último Beethoven, hacia el Romanticismo, que hacia el siglo XX, por mucho que quedara todavía un abismo cronológico. La Fantástica es una partitura extrema, misterioso (incluso su vals tiene algo de terrorífico), descarnada, y recrearse en unos tempi en ocasiones muy lentos quizás logra hacer emerger sonidos y transparencias, pero se corre el riesgo de desfigurarla. Quizás no sea una obra que admita lecturas tan personales y ensimismadas como la de Manacorda, al que no puedo dejar de reconocer gran capacidad para decir cosas nuevas. Interesante la opción de colocar las dos arpas por delante de toda la orquesta. En cuanto al oboe fuera de escena no se obtuvo el efecto buscado de lejanía y su sonido estuvo casi en el mismo plano sonoro que el corno. Éxito sin paliativos. 

Viernes 24 de marzo
Auditori de Les Arts
Obras de Palau, Debussy y Berlioz
Voces femeninas del Cor de la Generalitat Valenciana
Orquesta de la Comunitat Valenciana
Antonello Manacorda, director musical

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