De "me lo dijo el del banco" a "devuélveme lo que es mío"

En los últimos diez años, desde que Zapatero proclamó que estábamos en la Champions de la economía, hemos asistido a una verdadera revolución social. El hundimiento de las cajas de ahorros, tras 25 años de manoseo y abuso de las mismas por la manada política y sindical que en comandita violaron con frenesí tras casi dos siglos de grandes servicios prestados al interés general, fue sólo el aperitivo.

Pues pronto los españolitos descubrirían con asombro que no sólo la iletrada casta dominante había destruido sus cajas de toda la vida, sino que a la par les habían esquilmado dolosamente con todo tipo de artefactos financieros más propios del Lobo de Wall Street, ideados sin duda tras una noche de farra interminable. Pues los listillos la reseca de la defunción financiera intentaron mitigarla con la masiva colocación de papel mojado o preferentes, acciones Bankia, swaps, estructurados, subordinadas, cláusulas suelo... Hasta que los timados dijeron basta y gracias en soledad al tercer poder del Estado se pudieron salvar los muebles. Y gracias también a que ya "semos europeos"... y de Europa recibimos sus ingentes bálsamos o generosos rescates.

Por lo que del "me lo dijo el del banco..." se pasó a "devuélveme lo que es mío... listo", y el español o la española, tan poco aficionado a ir a la Justicia, se convirtió en otro reclamator europeo cualquiera que ya lleva a su banco al juzgado por cada cosa: por los descubiertos de las tarjetas, los intereses abusivos, las comisiones por apertura o cancelación anticipada de préstamos...

Y todo gracias, sin duda, a señores tan íntegros y sobrados como Blesa, Rato, Fernández Ordoñez, Olivas... que en esto también y a la fuerza hicieron a nuestros ciudadanos tan europeos, oye, como otros cualquiera.

Jaime Navarro es abogado especialista en estafas bancarias