VALÈNCIA. Las rotondas son uno de los puntos que más accidentes concentran a lo largo del año. Por eso, con el objetivo de reforzar la fluidez y la seguridad en ellas, el experto en seguridad vial y vecino de Puçol Carlos Escrich ha diseñado un nuevo sistema de señalización horizontal, económico y sencillo. Se trata de las rotondas inteligentes, que se pusieron a prueba en Puçol y que, tras su éxito, se exportarán a otras ciudades y países.
Estas infraestructuras contemplan la colocación de tres marcas diferentes en el suelo: líneas continuas, discontinuas y flechas de dirección, las cuales muestran al conductor por dónde debe iniciar el cambio de carril antes de salir de la rotonda.
Dependiendo del número de carriles que tenga esta, existen dos tipos de diseño. Primero está el R.I 1.2, que corresponde a las rotondas con un único carril de acceso, dos de circulación y uno de salida. En ellas, el conductor deberá circular siempre por el carril exterior si quiere coger la primera salida, un movimiento al que estará obligado por la línea continua. Si, por el contrario, quiere acceder a la segunda salida, debería acceder al carril interior y luego, cuando la línea discontinua se lo indique, pasar al exterior y cogerla. Lo mismo sucede con el resto de salidas.
Por su parte, la R.I. 2.2 contempla las rotondas con dos carriles de acceso y dos de salida. Para coger la primera salida, el conductor deberá coger siempre el carril derecho y, para cualquiera de las otras, el izquierdo. El sistema de señalización horizontal se mantiene igual que en el primer caso, con señalizaciones que facilitan los movimientos y cambios de carril.
Esta idea surge de su propia experiencia como perito, al darse cuenta de que la mayoría de accidentes en ciudad ocurrían en las rotondas, concretamente cuando un vehículo tiraba a salir de ella y envestía al que iba por el carril exterior. Este problema, lo achaca precisamente a la falta de una normativa clara y a la confusión que crean las propias autoescuelas: "Estas difieren en los criterios para utilizar las rotondas y al final aconsejan a los alumnos circular siempre por el carril exterior para evitarse problemas", se queja. "Es absurdo, porque se crearon para dar fluidez a los cruces, y si todos circulamos por el mismo carril, esa fluidez desaparece".
De este modo, el creador ha optado por una solución muy económica para las autoridades y de muy fácil comprensión para los usuarios. Señales en el suelo que, con muy poco, darán más seguridad y fluidez a la circulación para evitar miles de accidentes al año.
Puçol ha servido como campo de experimentos para este proyecto piloto. En la ciudad ya existen varias rotondas de este tipo que, con el tiempo, se han ido perfeccionando y adaptando a las necesidades de la vida real. Una serie de ajustes que, finalmente, las ha dejado suficientemente perfectas como para poder ser exportadas.
Así, ciudades como Teruel se han mostrado muy interesadas en la idea de Escrich, que también tuvo muy buena acogida en el 9º Congreso Nacional de Seguridad Vial. “Ya estamos preparando, además, el borrador para Amsterdam”, asegura el inventor. “Todo se ha ralentizado por el tema de la pandemia, pero la idea es que se conviertan en una norma de circulación, al menos en España”, concluye.