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nota del autor / OPINIÓN

De risa

28/09/2020 - 

VALÈNCIA. Es de película. Fueron las primeras palabras que pronuncié cuando me enteré del robo de 5.000 euros en el Palau de la Música, suceso avanzado por los compañeros de la cadena SER. Es de película, sí, y aunque hace rato que le dimos al play todavía me cuesta adivinar a qué género pertenece la historia. Drama. Acción. Cine negro. Musical. ¿O mejor pruebo en el apartado de series? En estos días me inclino más por la comedia, aunque no sé si por convicción, por desgaste o por seguir a la masa. Y es que, para mi asombro, después de robobo de la cacaja recibí algún que otro mensaje y, os cuento en confianza, todos venían con sorna. 

Lo que no pase en el Palau…

Parece que atrás quedó la preocupación o, mejor dicho, la sorpresa. Las malas noticias en el Palau de la Música ahora provocan risa o, con suerte, arqueos de ceja. Y mira que, sobre malas gestiones, ha tenido competencia en los últimos años, pero nada supera la lluvia de infortunios en un auditorio que lleva más de un año con sus salas cerradas por el desplome de parte de su techo. 

La gestión del Palau de la Música, presidido por la edil Glòria Tello, se ha convertido en el hazmerreír de la cultura valenciana. Y es una pena. Vaya si lo es. 

El robo de 5.000 euros de una caja fuerte que se encontraba en el despacho de Vicent Ros, director del centro, es la última patoaventura de una institución que no gana para disgustos. Del cierre forzado al retraso de las obras pasando por la sentencia que anuló el nombramiento de Ros, por la que próximamente se tendrá que 'volver' al momento de la votación, una fotografía de un centro que, además, ha mantenido en los últimos meses un perfil bajo frente a otras instituciones públicas que han echado el resto para dar salida a la cultura en tiempos de pandemia. 

Decía Glòria Tello este viernes que este tipo de robos “suceden mucho en otros espacios de las administraciones públicas” y que las malas noticias sobre el Palau era más una cuestión de “moda”. Todavía no sé si con moda se refería a que pasaran cosas malas en el auditorio o a informar sobre ellas. Espero que a ninguna. También le quitaba hierro al asunto el alcalde, Joan Ribó, diciendo que 5.000 euros “no es una cantidad tan importante” y, todo sea dicho, estoy de acuerdo con él. Ni el robo ni el cierre de su sede es lo realmente preocupante. El dinero volverá -y si no lo hace no supone una gran pérdida- y las obras, tarden más o menos, se ejecutarán. El problema es reconstruir la dañada imagen del Palau de la Música, borrar esos murmullos y medias sonrisas a golpe de buena gestión.

Con este percal no me extrañaría que el titular de la Orquesta de València, Ramón Tebar, saliera por patas en cuanto se le acabe el contrato.

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