El doctor Eduardo NagoreLa detección precoz y tomar las precauciones adecuadas al tomar el sol son claves en la lucha contra el cáncer de piel, según explica el doctor Eduardo Nagore, jefe clínico del Servicio de Dermatología de la Fundación IVO
VALÈNCIA. Llega el buen tiempo y apetece pasar más tiempo al aire libre o ir a la playa. El sol aporta muchos beneficios a nuestro organismo y mejora nuestro estado de ánimo. Pero también puede ser un enemigo letal si no tomamos las precauciones adecuadas. El 90% de los cánceres de piel podrían evitarse si utilizamos el sentido común. “Por supuesto que se puede tomar el sol, pero hay que hacerlo de forma saludable y razonable”, afirma el doctor Eduardo Nagore, jefe clínico del Servicio de Dermatología de la Fundación IVO.
Eso significa que dependiendo de nuestro tipo de piel hay que tomar medidas para evitar los efectos dañinos de la radiación ultravioleta. Por ejemplo, si tienes una piel clara, que se quema con facilidad, o tienes muchos lunares, extrema las medidas de prevención a la hora de tomar el sol: ropa, evitar horas con muchas radiación, hacer un uso adecuado de la protección solar… Y también evitar las cabinas de bronceado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) las clasifica como carcinógeno para la piel y están en el mismo grupo de alto riesgo que el tabaco.
Además de esta prevención primaria, para que los factores ambientales no puedan actuar sobre tu cuerpo y acabes desarrollando un cáncer, hay también una prevención secundaria donde juega un papel fundamental la autoexploración, según explica el doctor Nagore. “Solo es un minuto al mes. Tenemos que concienciar para que se coja el hábito, igual que nos lavamos los dientes o las mujeres se hacen autoexploraciones en las mamas, hay que acostumbrarse a autoexplorarse la piel, porque la detección precoz salva vidas”.
En esa autoexploración hay que estar atento a cosas nuevas, diferentes o raras que puedan hacer recomendable la visita al médico. Es lo que se conoce como el signo del patito feo: un melanoma tiene una apariencia distinta, es el patito feo del resto de lunares. Y es diferente por tamaño, color o sensaciones, como picor o dolor.
Esa autoexploración debe cubrir toda la superficie corporal, desde el cuero cabelludo a la planta del pie, pasando por entre los dedos e incluso la zona genital. Como ayuda y para resolver dudas, de vez en cuando es interesante hacerse un reportaje fotográfico. Para facilitar la autoexploración, la Academía Española de Dermatología acaba de lanzar un aplicación móvil, eDerma, que supone una ayuda extra para que cualquier persona realice un correcto seguimiento de las lesiones y lunares de su piel. eDerma es una herramienta con la que se puede hacer un historial fotográfico de los lunares y lesiones de la piel. “Permite hacer fotos específicas de una zona del cuerpo, clasificarlas y almacenarlas, para poder valorar, con el paso del tiempo, si hay cambios a tener en cuenta para comunicárselos a su médico”, explica el doctor Nagore, que es uno de los creadores de esta aplicación. Cabe destacar que la aplicación ha sido diseñada y elaborada por la empresa The Net Firm, S.L. de forma altruista para ayudar a la prevención del melanoma.
Cuando hablamos de cáncer de piel, estamos hablando principalmente de dos tipos: el carcinoma basocelular y el melanoma. El carcinoma basocelular es el más frecuente, representa entre un 70% y un 80% de los cánceres de piel. Es un cáncer que no mata, pero es muy agresivo a nivel local. “Si no le prestas atención y lo dejas crecer puede destruir el cartílago, sobre todo en zonas sensibles como alrededor de los ojos y la nariz, que pueden llegar desaparecer”.
Por su parte el melanoma “es nuestro caballo de batalla” ya que es el responsable del 90% de las muertes por cáncer de piel. La tasa de mortalidad se sitúa en el 15% a cinco años, “aunque tenemos que analizar el impacto que los nuevos tratamientos, como la inmunoterapia, están teniendo para mejorar la supervivencia”. Eso sí, con una detección precoz puede haber una supervivencia del 100%, mientras que si está muy avanzado solo sobreviven un 10-15%. De ahí que el doctor Nagore insista en la importancia de la autoexploración.
El tratamiento vendrá marcado por el tipo de cáncer que sea y por su agresividad. Si es un melanoma el tratamiento es similar a otros tipos de cáncer y puede incluir la cirugía, la radioterapia, la quimioterapia y la inmunoterapia.
Si es un carcinoma basocelular puede tratarse de manera no quirúrgica y en zonas de alto riesgo, como párpados, nariz o labios, se utiliza la cirugía de Mohs, una cirugía microscópica altamente eficaz, con el índice de curación del 99%, causando además menos daño a la piel saludable de su alrededor. Pero además en el Servicio de Dermatología de la Fundación IVO están utilizando una tecnología muy novedosa: la microscopía confocal ex vivo. “Esta técnica permite que, en lugar de tener que enviar la muestra a anatomía patológica para que la procesen y esperar alrededor de 45 minutos para continuar con la intervención, en solo cinco minutos podemos evaluar los márgenes tumorales y continuar. Esto optimiza y acelera el proceso de la cirugía de Mohs y mejora la comodidad del paciente”. La Fundación IVO es el único centro de la Comunidad Valenciana que utiliza la microscopía confocal.
El uso de esta tecnología es un ejemplo de cómo el Servicio de Dermatología de la Fundación IVO es un referente a nivel nacional y está a la vanguardia en el tratamiento del cáncer de piel. “Tenemos la ventaja de ser un centro monográfico y cada uno de nosotros estamos especializados en un área pequeña lo que se traduce en una gran especialización”, apunta el doctor Nagore, quien destaca que en un estudio reciente de centros de dermatología de España desde el punto de vista investigador este servicio quedó en segunda posición, solo por detrás del Clínic de Barcelona.
Además, su base de datos está reconocida a nivel mundial como una de las mejores. Tiene 2.500 pacientes recogidos y está dentro de la AJCC (American Joint Committee on Cancer), que es la organización que hace los sistemas de clasificación a nivel mundial para estatificar y cuenta con una base de datos de 40.000 pacientes. “Estamos formando parte de los grupos de investigación más potentes del mundo”.
En ese contexto hay un grupo especial del área mediterránea, Melanostrum. En él están los centros más potentes de esta área: la Fundación IVO, el Clínic y, desde hace unas semanas, el 12 de Octubre por España, además de centros italianos y griegos. El objetivo de Melanostrum es realizar estudios de investigación sobre la genética del melanoma familiar y esporádico, identificando nuevas variantes genéticas asociadas con una mayor susceptibilidad al melanoma en los países del sur de Europa (área mediterránea); biomarcadores que podrían ayudar en la clasificación molecular del melanoma y en la elucidación de la progresión del melanoma. Todo eso coordinado desde EE. UU. por el National Cancer Institute, “porque nadie más tiene esos fondos y esa capacidad”.
Melanostrum se reunió en el IVO el fin de semana del 19 y 20 de mayo para poner en común los avances y presentar novedades. Uno de los temas de los que se habló fue sobre los “interesantes datos que se están extrayendo para constituir en un corto plazo un chip de riesgo. Esto permitirá que, con un pequeño análisis de sangre, se pueda saber el riesgo genético de padecer cáncer de piel, lo que permitirá incrementar la prevención y el control”, asegura el doctor Nagore.
