El déficit de talento va camino de convertirse en un problema recurrente y estructural de nuestro mercado laboral, y no solo ya en nuestra región, sino en toda España, lo cual tiene consecuencias muy negativas para la recuperación económica.
Recientemente, CEPYME y Randstad celebraron una jornada en la que señalaron que las pymes están siendo las más golpeadas por el déficit de trabajadores. En concreto, se destacó el elevado número de vacantes sin cubrir que tiene el mercado laboral español y que, en la actualidad, se cifra en 109.000 puestos, la gran mayoría en las pymes, según datos del INE.
Igualmente, se puso de relieve que España sigue teniendo grandes problemas estructurales en el mercado laboral, como refleja la paradoja de que, por un lado, sigue habiendo 3,1 millones de desempleados y, al mismo tiempo, muchas empresas están sufriendo la falta de trabajadores para poder continuar con su actividad.
Jesús Echevarría, presidente de Randstad, destacó que "el déficit de talento es una cuestión crítica en nuestro país y será un problema mayor. En este déficit de talento convergen tres problemas: el demográfico, la baja tasa de ocupación y la falta de formación, sobre todo entre los desempleados. Las empresas se tienen que convertir en empresas atractivas para los empleados: con una mayor conciliación y flexibilidad, apostando por la responsabilidad social corporativa y fomentando la cualificación y recualificación de sus trabajadores”.
Por su parte, el director de Randstad Research, Valentín Bote, presentó un diagnóstico de la situación, destacando que España tiene un problema de déficit de talento, “un 56% de empresas está teniendo problemas de búsqueda de perfiles, tanto de alta cualificación como de baja cualificación. Vivimos una revolución industrial que cambia el entorno laboral de manera radical, aunque hay una diferencia fundamental, ahora el cambio es más rápido. La digitalización, la revolución 4.0 es el cambio".
En lo que se refiere a la Comunitat Valenciana, Daniel Lorenzo, director regional de Randstad España en nuestra región, ya alertó de que se había formado toda una “tormenta perfecta”, ya que, a las consecuencias provocadas por la guerra, hay que sumar, por un lado, el incremento de costes, especialmente acusado en el caso de la energía y que golpea a las empresas considerablemente.
Se continúa sufriendo además una escasez de trabajadores especializados de cualquier posición, perfiles de alta cualificación, titulados de FP como mecánicos, y posiciones básicas, como las de carretillero, en sectores tan potentes como logística.
Para atajar esta situación, es recomendable que los estudios se ajusten a las necesidades del mercado laboral, que la formación sea continua y adaptada a esas necesidades, y que las empresas sepan ofrecer unas condiciones atractivas, que a menudo van más allá de la cuestión del salario.