VALÈNCIA (EP/C.G.). Si les pido que me digan tres figuras del arte belga, con el cronómetro en la mano, es más que probable que una de las mencionadas sea René Magritte. Su obra ha encapsulado gran parte del relato artístico de Bélgica del último siglo, una alargada sombra que es parte de ese relato, sí, aunque no su totalidad. Con el objetivo de hacer una fotografía más amplía de la escena artística del país desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX llega a Fundación Bancaja Arte belga. Del impresionismo a Magritte. Musée d'Ixelles, una exposición que, a través de la mirada de medio centenar de artistas, abre en València una ventana a un periodo que bebe "vientos de modernidad y de libertad estética".
Así, lo han señalado este martes la responsable de Cultura de la Fundación Bancaja, Laura Campos, y la directora del Musée d'Ixelles y comisaria de la muestra, Claire Leblanc, en la presentación de la exposición, que presenta por primera vez en València las grandes obras maestras del arte moderno belga tras su paso por el Museo Carmen Thyssen Málaga. "En pocas ocasiones se puede viajar en el tiempo y en un mismo espacio por una representación tan amplia de movimientos pictóricos", han resaltado. De este modo, se exhiben "las pepitas de oro" del arte belga en una cronología dividida en cuatro secciones: el realismo y los orígenes del paisaje naturalista; el impresionismo y sus derivaciones; el simbolismo y las vanguardias fauvista y expresionista, y finalmente, el surrealismo.
James Ensor, Paul Delvaux, Jan Toorop, Émile Claus, Anna Boch y, sí, Magritte, se dan cita en una muestra que reúne a las "principales locomotoras" del universo creativo belga. Aunque todos los movimientos están "bien equilibrados y representados", "el que sin duda mueve esta exposición es el surrealismo" por la importancia que tuvo en Bélgica en todos los ámbitos, desde intelectuales, pictóricos o artísticos y que, al contrarios que en otros países que deconstruye la realidad, en el caso belga tiene una parte de realismo "muy potente". Pero no por ello, "deja de jugar con el humor y el sueño". Son Magritte y Delvaux los principales exponentes del surrealismo belga, quienes presentan pinturas enigmáticas que retan al espectador, en el segundo caso con referencias a la escenografía teatral.
Así, se han seleccionado "figuras claves" en la historia del arte belga junto a otros artistas no tan conocidos pero "muy relevantes" en la historia del arte belga que en este periodo destacó por su libertad creativa, experimentación con el color y juegos de luz y técnicas diversas que reflejan las influencias internacionales, pero también sus características específicamente locales que desembocaron en "propuestas muy avanzadas donde convive el atrevimiento creativo y la tensión entre el apego a la realidad y la propensión a la imaginación desbordante".
Así, hasta el próximo 30 de julio, podrá verse estas "obras maestras" como El donante feliz, de Magritte, con su inconfundible silueta de un hombre con bombín, pero también aúna nombres muy conocidos para el gran público, como James Ensor, con un estilo colorista a medio camino entre el impresionismo y el expresionismo, o los máximos exponentes del surrealismo belga e internacional, Paul Delvaux, que conviven en este espacio con Jan Toorop, Émile Claus, Anna Boch, Fernand Khnopff o León Spilliaert, entre otros.
Entre las obras más destacadas del recorrido se encuentran Dunas, de Louis Artan, como ejemplo del nacimiento de la modernidad en el paisaje belga; o La mujer con sombrilla, de Jan Toorop, y Dunas al sol, de Anna Boch, ejemplos del impresionismo creado en Bélgica. Asimismo se ha editado un catálogo que recoge la reproducción de las obras expuestas acompañadas de texto de la comisaria las claves de la exposición, y la muestra incluye la proyección del documental 'Monsieur René Magritte', dirigido en 1978 por el cineasta Adrian Maben.