VALÈNCIA (EP). Investigadores de la fundación Fisabio, el Hospital Francesc de Borja de Gandia (Valencia) y la Universitat Politècnica de València (UPV) han desarrollado y patentado una metodología que mide las vibraciones que se transmiten desde las incubadoras a los pacientes neonatales ingresados.
El equipamiento habitual de las salas neonatales incluye sistemas de alarmas, pulsioxímetros o bombas de infusión que pueden generar ruidos y vibraciones. Además, el trabajo diario de los equipos pediátricos, el motor de las incubadoras y el mecanismo de enganche a las alarmas pueden amplificar las frecuencias de ruido aéreo y las vibraciones.
"Muchos de los neonatos ingresan por prematuridad; es decir, porque han salido antes de la barriga de su madre, donde estaban aislados de la luz y del ruido. Por este motivo, tenemos un gran interés en reducir la contaminación lumínica y acústica, para que las condiciones del ingreso sean las más favorables. Pero, además de esto, nos hemos centrado en medir las vibraciones, para saber cómo afectan a los pacientes y mejorar las condiciones de las salas neonatales", explica José Miguel Sequí, responsable de Pediatría del Hospital Francesc de Borja e investigador de Fisabio.
Con la metodología desarrollada en el estudio, titulado 'Neovibra', el equipo de investigación es capaz de evaluar los valores de vibraciones que llegan al neonato a través de la cuna de la incubadora. "Hacemos un diagnóstico a la carta, porque hacemos un 'check-in' a toda la estructura de la cuna para detectar los puntos de vibración que existen", resalta Romina del Rey, doctora del Centro de Tecnologías Físicas de la UPV.
Por un lado, en el estudio se han realizado trabajos de medición in situ de las vibraciones en las incubadoras de la sala neonatal del Hospital Francesc de Borja. Estas mediciones se han complementado, de forma paralela, con simulaciones de las incubadoras a través de softwares de modelamiento que analizan diferentes comportamientos físicos y acústicos.
En estas mediciones se han tenido en cuenta los valores y niveles establecidos en el Real Decreto 1367/2007, que establece que, en los centros hospitalarios, los niveles de vibración no deben superar los 72 decibelios.
El siguiente paso del proyecto se centra en proponer, en vista de los resultados, soluciones innovadoras, sencillas y económicas que permitan reducir la transmisión de vibraciones por debajo de los umbrales establecidos en las normativas vigentes.
De cara al futuro, los investigadores buscan trasladar este sistema de medición de vibraciones a las salas neonatales de otros hospitales para poder ampliar y seguir contrastando los resultados obtenidos. También quieren lograr la implicación en el proyecto de empresas fabricantes de incubadoras para "ofrecer un producto mejor", ya sea a través de materiales que reduzcan la transmisión de estas vibraciones o con motores más sencillos.
El programa Polisabio concedió en 2019 una ayuda de 4.000 euros al estudio 'Neovibra', destinada a impulsar tanto las acciones preparatorias como los proyectos de innovación en los que participan, de manera conjunta y coordinada, personal de Fisabio y la UPV.
Aunque es una intervención poco invasiva, requiere la experiencia de un médico especializado para evitar complicaciones