VALÈNCIA. El festival de artes vivas 10 Sentidos se enfrentó a 2020 con el lema 'Soñadores', una reflexión sobre el futuro que, muy pronto, se vería torpedeado por la crisis sanitaria. La pandemia obligó a aplazar la edición en el año más difícil para la cultura. Un curso difícil, sí, pero también un año de manos tendidas y colaboración. A la narración que desde hace una década dan forma en València le llega ahora un nuevo capítulo, en este caso bajo el lema 'Fronteras', un título que, tras el sueño, se levanta como un muro. Fronteras físicas, mentales, sociales... En fin, fronteras. Este es el océano en el que se sumerge el festival dirigido por Meritxell Barberá e Inma García, que se celebra del 3 al 23 de mayo, una cita con la que buscan reflexionar sobre los horizontes que provocan las fronteras que dividen un mundo cada vez más global. Lo hacen, curiosamente, con una programación -por primera vez- 100% nacional, a causa de las restricciones de movilidad, aunque manteniendo el espíritu que ha hecho de 10 Sentidos una de las citas clave de la cultura en València.
Con todo, el festival cumple diez años desde que Meritxell e Inma, también capitanas de la compañía Taiat Dansa, decidieran poner en marcha un ambicioso proyecto que, a la postre, ha cambiado la forma de concebir los eventos culturales en la ciudad. Con programaciones que siempre han sumado a lo que ya se veía en las salas valencianas y un concepto multisede que salpica toda la ciudad, en su ADN es clave la vinculación entre arte y acción social, una conexión que parece haberse avanzado a la sensibilidad y exigencia del espectador de 2021. Desde hace diez años dibujan proyectos que implican al usuario, que lo conectan con realidades no siempre lejanas y no solo desde la exhibición. Lo hacen, además, rompiendo con la idea de compartimento estanco en las artes, generando diálogos fluidos que han resultado en un 'experimento' de cuya experiencia no pocos proyectos se pueden nutrir. Han pasado diez años desde que 10 Sentidos llegara para agitarlo todo, una década que no cambia objetivos, aunque sí la programación.
Entre las propuestas de 2021 encontramos algunas tan sugerentes como No me hizo Brossa, de Cabosanroque, que llevará al Principal una instalación sonora y plástica que explora de manera transversal la prosa más desconocida y primeriza del poeta Joan Brossa, o la participación de la Premio Nacional Rocío Molina, que califican de "talismán" para el festival. Cancelada en 2020, recuperarán Antes todo esto era campo en Rambleta, una instalación interactiva, concierto y experiencia escénica "para humanos y plantas en búsqueda de una reconexión posible". Otras de las propuestas destacadas con Onírica Mecánica, una experiencia escénica de ciencia y ficción especulativa en la que los espectadores recorrerán diferentes espacios siguiendo un viaje narrado a través del audio en sus auriculares; o la participación del colectivo Africa Moment, cuya labor es la de promocionar artistas africanos y de su diáspora por escenarios de Latinoamérica y Europa.
Cine, música y talleres completa la programación que mantiene uno de los pilares del festival, el Certamen Coreográfico que, de manera excepcional, también se acotará en el ámbito nacional. Sobre esto hablamos con Meritxell Barberá e Inma García.
-Hemos pasado de 'Soñadores', lema de la edición de 2020, a 'Fronteras' en 2021. Uno podía decir que enfrenta vieja y nueva normalidad.
-Meritxell Barberá: Hay una conexión tremenda. El lema 'Fronteras', en realidad, es previo a la pandemia. Habíamos profundizado tanto en las nuevas generaciones, en las nuevas tecnologías y el mundo globalizado que nos dio pie a esa reflexión sobre el concepto de frontera en este mundo tan conectado. Cuando vino la pandemia, claro, adquirió una nueva dimensión, en un momento en que el perímetro de tu casa se ha convertido en la máxima frontera. Creo que es muy interesante ese diálogo, también entendido como fronteras de género, sociales, artísticas...
-Inma García: También 10 Sentidos nació con un espíritu no fronterizo. Siempre pensamos que era un festival que arriesgaba, que intentaba romper barreras entre disciplinas, creadores, con la ciudadanía... Es un lema que conecta también esta década de trabajo.
-Llegáis a este aniversario en un contexto inimaginable hace un par de años para la cultura. De hecho, la edición de 2020 ya se tuvo que reconfigurar por completo. ¿cómo ha sido el camino?
-Meritxell Barberá: Como gestoras culturales, estamos acostumbradas a vivir con la incertidumbre, estamos muy acostumbradas a vivir en estado de alarma. Este sector tiene esa parte, nos obliga a ir adaptándonos a los cambios. Es cierto que tuvimos que tomar la decisión de no contar este año con programación internacional. No podíamos correr ese riesgo, a pesar de que es una de las cosas que caracteriza a 10 Sentidos. Ha sido todo un reto. Por otra parte, los tiempos de trabajo han cambiado mucho. Antes de enero era imposible plantear el festival, no sabíamos si se haría, en qué condiciones, con qué recursos...
-Inma García: Al final tienes que aceptar la improvisación. Al principio es un caos, pero con buena voluntad, con salas y artistas, sale adelante. Y esa energía ha estado ahí.
-En València hemos visto esa unión de una manera muy explícita, con esa decisión conjunta de salas, tanto públicas y privadas, de no bajar la persiana.
-Meritxell Barberá: Ha habido una gran generosidad por parte de todos. Había ganas de buscar soluciones para todas las partes. Cuando en la edición de 2020, que se tenía que haber celebrado en mayo, tuvimos que cancelar, parecía impensable poder llevar toda la programación a otoño. Pero al final fue así, cancelando solo dos proyectos internacionales.
-Inma García: Fue un festival muy bonito. A pesar de los aforos limitados y restricciones, había una energía muy especial.
-Una de las características propias de 10 Sentidos es que no tiene sede fija, sino que salpica la ciudad, tanto en salas como en la calle. Precisamente en esta última edición de Dansa València tuvo que readaptar in extremis su proyecto urbano, que ya estaba definido, y llevarlo a espacios cerrados, ¿cómo habéis gestionado esta cuestión?
-Meritxell Barberá: Esto ha sido un problema porque, efectivamente, es una de las cosas que distingue al festival, esa idea de inundar la ciudad de cultura, incluso rincones no propios para la exhibición. En este caso hemos tenido que ser un poco más convencionales.
-Inma García: Por ejemplo, nosotras hacíamos proyectos en los refugios antiaéreos de València. Eso es algo que ahora no nos entra en la cabeza.
-Meritxell Barberá: Sí se mantiene, con todos los controles, uno de los proyectos en espacio público, que llevaremos a la Plaça del Rosari en colaboración con el TEM (Teatre el Musical). Se trata del proyecto The Dreamers, en la que chavales que vinieron en patera cuentan cómo ha sido esa travesía y su vida aquí. Se construye como una especie de instalación en la que plantean la casa en la que querrían vivir.
-Hablamos de fronteras físicas, pero el festival las afronta desde mucho enfoques.
-Meritxell Barberá: En este caso es muy importante la apertura del festival, un proyecto online que será el único espacio con programación internacional. Nos pareció interesante, en esta reflexión sobre la frontera, pedir a diez festivales de diez países distintos que escogieran a un creador que desarrollará un solo en relación al lema de este año. Hemos creado para esto una plataforma digital, que se complementará con una proyección en Las Naves. Por primera vez, además, hemos decidido que Taiat Dansa forme parte del festival como representación de España. Otro de los platos fuertes del festival es Cabosanroque, que estará en el Teatro Principal.
-Inma García: Aquí hay una doble frontera. Por un parte el propio trabajo de Cabosanroque, que nada entre los instalativo, lo visual y lo sonoro y, por otra, esa ruptura del Principal como teatro convencional. Se rompe esa cuarta pared, el público habitará el espacio.
-Meritxell Barberá: Una de las características que define al festival es que solo programamos cosas que no se han visto en València, lo que hacía difícil programar a una compañía valenciana, así que, como novedad, hemos decidido generar en esta edición un laboratorio a través del que se generará una pieza.
-¿Cómo funcionará este laboratorio?
-Inma García: Esta es una novedad para el festival. Habíamos hecho encargos a un creador, pero aquí estamos hablando de juntar a creadores distintos, con lo cual están obligados a una convivencia. Funcionará con una cierta estructura horizontal, cada uno viene de un lugar y se trata de que entren en el otro, que lleguen a consensos.
-Meritxell Barberá: El grupo estará liderado por Celso Gimenez, de La Tristura, y lo formará Inka Romaní, Eva Rausell, María Tamarit, Javier Hedrosa, Jesús Muñoz y Christine Cloux. Es un proceso que finalmente se compartirá con el público, en Rambleta, y que tomará forma siempre desde la libertad para proponer y divagar, cada uno desde su perfil. Buscábamos a un grupo de personas muy distintas pero que pudieran encontrarse.
-Inma García: Al final se trata de establecer un diálogo entre las distintas disciplinas.
-Se cumplen diez años de 10 Sentidos, ¿cuál es la ambición a medio plazo?
-Meritxell Barberá: El otro día nos leyeron el discurso de la primera edición y nos quedamos flipadas. Queda todo de eso. Esa idea del arte como catalizador de la acción social tiene unas posibilidades infinitas para hacer una reflexión continuada sobre el avance de nuestra comunidad. El festival ha sido pionero en esto.
-Inma García: A nivel de formatos podemos ver cómo ha crecido, de manera natural, aunque 10 Sentidos siempre ha ido de la mano de las cosas que nos ocurren y ahora estamos en un momento clave.
-En 2020 'Sonadores'; en 2021 'Fronteras'... ¿Qué nos depara 2022?
-Inma García: [Ríe] Creo que es un momento de anclarse en el presente. Hay que estar atentos, escuchando al mundo a ver qué pasa.
-Meritxell Barberá: Aunque por soñar, sueño con una edición sin mascarillas, con programación internacional... Solo imaginarlo me hace una ilusión tremenda. Sería una celebración.
-'Celebración' es un buen lema.
-Meritxell Barberá: Por ahí irán los tiros [ríe]
El festival 10 Sentidos propone un site-specific en una peluquería a cargo de los ganadores del Max por Los nadadores nocturnos, Carlota Ferrer y José Manuel Mora