VALENCIA. El debate a cuatro celebrado el pasado lunes en la Academia de la Televisión dejó algunas posiciones y estrategias claras de los principales candidatos para lo que queda de campaña electoral. Sin duda, uno de los asuntos que Unidos Podemos con su líder, Pablo Iglesias, a la cabeza, quiere poner sobre la mesa es el de los compromisos de cara a los pactos postelectorales.
Un asunto sobre el que el candidato de la formación morada incidió hasta en tres ocasiones durante la contienda televisiva tratando de buscar el posicionamiento público de PSOE y Ciudadanos. De la misma manera que los candidatos de las distintas confluencias podemitas también vienen insistiendo en cualquier charla -ya sea formal e informal- con los medios de comunicación: "¿Con quién pactarán estos partidos tras el 26J?".
La pregunta no es baladí, de hecho la propia Mónica Oltra la lanzó el martes a los medios, dado que las encuestas vaticinan que, de nuevo, los acuerdos serán necesarios después de las elecciones y que existe la posibilidad -al alza en estos momentos- de que Podemos supere al PSOE y se convierta en la fuerza más votada de la izquierda.
Es por ello que, en el debate, Iglesias reiteró hasta la extenuación -y con no poca sobreactuación- su deseo de llegar a un acuerdo con los socialistas. Una mano tendida que encontró como respuesta por parte de Pedro Sánchez la risa -irónica- y la confrontación. De hecho, el líder del PSOE se pasó buena parte de la cita recordando que Podemos votó junto al PP para no hacerle presidente del Gobierno de España "impidiendo el cambio". Un argumento que el aspirante de Podemos apenas se esforzó en contradecir recordando que Sánchez había pactado previamente con Ciudadanos. Se limitó a preguntar al líder del PSOE con quién pactaría tras el 26J.
La posición de Iglesias de proclamar públicamente su deseo a pactar con el PSOE -ahora que se ve segundo en los sondeos por delante de Pedro Sánchez- es hábil y ciertamente ventajista. De la misma manera, el candidato de Unidos Podemos no garantiza el apoyo al socialista si este se mantiene por encima... y vuelve a darle juego a Ciudadanos.
No obstante, todo este debate es incómodo para el PSOE y también para el partido que lidera Albert Rivera. Los afines a Pedro Sánchez, así lo admiten en privado, no tienen ningunas ganas de hacer a Pablo Iglesias presidente del Gobierno aunque éste le supere en las elecciones. Este pensamiento puede ser compartido por algunas federaciones como la andaluza: de hecho, ellos prefirieron llegar a un acuerdo con Ciudadanos tras las autonómicas. Más dudas surgen a la hora de analizar lo que quiere el electorado socialista: cabría pensar que el votante podría volcarse más a la izquierda, al menos en territorios como en la Comunitat Valenciana, donde Ximo Puig se encargó de acallar las voces que planteaban el acuerdo con C's antes que con Compromís y Podemos.
El caso es que Pedro Sánchez no contesta a la pregunta de con quién pactará tras las elecciones. Quizá podría interpretarse como sencillo que el líder del PSOE proclamara que quien resulte más votado de entre socialistas y podemitas respaldará a la otra fuerza. Justo lo que pretende Iglesias, que se ve ahora por delante en los sondeos.
Sin embargo, Sánchez no quiere jugar esa pelota. Por lo tanto, no puede descartarse que, si es tercera fuerza, llegue a abstenerse en un acuerdo de investidura entre PP y Ciudadanos, ni tampoco que vuelva a intentar repetir su acuerdo con Albert Rivera y busque después a Podemos u otras combinaciones complejas.
Por su parte, el candidato de Ciudadanos también guarda silencio y deja abiertas todas las combinaciones posibles. Rivera quiere vetar a Rajoy de presidente -habrá que verlo- si tuviera que darle apoyo al PP y, por otro lado, le haría el juego a Pedro Sánchez de nuevo si fuera necesario... aunque la "responsabilidad" de la que hace gala Rivera en sus intervenciones apuntan a que preferirá evitarse otro sainete de un pacto sin números. Ahora bien, no le escucharán decir que va a pactar con el PP.