VALÈNCIA. Discos Amsterdam, la mítica tienda ubicada en Nuevo Centro, cumple 40 años. Para muchos, una parroquia de la música grabada, que presume de pasado, presente y futuro en la celebración de esta efeméride. Juan Vitoria contesta al teléfono emocionado de poder hablar de su tienda, lleva haciéndolo todo este tiempo, defendiéndola: “Hemos intentado que más que una tienda sea un club que recogiera los intereses de las personas a las que le gustaba la música, intercambiar, hablar…”, explica. Él, junto a Margarita González primero, y Miguel Ángel Galán a partir de un par de años después, han capitaneado (y ya avisan que no tienen pensado dejar de hacerlo) todo este tiempo el barco, que ha navegado olas y marejadas.
En diciembre de 1982 abrieron el local, en la misma ubicación que la actual, y desde entonces no han dejado de despachar discos. A los pocos años, empezaría la fiebre del bacalao, otros después los del pop más comercial, y todo el viaje de las diferentes etiquetas que ha tenido el post-punk. A todo ello se ha resistido Vitoria con un criterio editorial muy concreto y reconocible. Desde él ha construido la parroquia de Discos Amsterdam, con la que se verá las caras en dos fiestas para celebrar los 40 años. La primera, el 1 de octubre en Loco Club, será la noche de Petit Mal, Star Trip, La Gran Esperanza Blanca y los jovencísimos Platz; la segunda, el 12 de noviembre en 16 Toneladas, será el turno de Hank Idory, Los Radiadores, Badlands, Serie B y Carolina Otero & The Someone Elses. Todos los grupos llevarán una versión inédita prepara de artistas como Neil Young, The Velvet Underground, The Beatles, The Rolling Stones, David Bowie, Lou Reed, The Kinks, Pixies, Teenage Fanclub, The Clash o The Who. “Cuando hicimos las primeras fiestas de aniversario aún no había abierto 16 Toneladas. Fue Margarita la que me animó a no montar uno, sino dos fiestas”, cuenta a este diario Vitoria.
Pero que el aniversario sirva para hacer balance. El titular es: “muy positivo”. “Es verdad que tiene lógica hablar de las tiendas de discos como un lugar de resistencia, de ir a contracorriente, pero también hay nuevas generaciones que, más allá del coleccionismo, quieren tener el objeto de la música, que es como poseer el arte. Es casi un fetiche, y está bastante vivo. Estamos muy contentos con ello”, analiza el gerente de Discos Amsterdam, que también apunta que ahora “vende discos a todas partes del mundo”.
Los vaivenes de la industria musical no han hecho desfallecer el proyecto: ni cambios de generencia, ni cierres, ni pesimismo: “Hemos hecho más de 100 actividades como conciertos, conferencias… Todo gratuito. Hemos querido cuidar a nuestro público”. Y en todo eso, un eje común: el de construir una tienda “que no solo vendiera discos”, sino que “tuviera actitud”: “lo hemos conseguido durante todos estos años”, concluye Vitoria.
- ¿València puede estar orgullosa de la red de tiendas de discos?
- Claro que sí.
“No quedan tiendas de discos que puedan decir lo mismo, que puedan lucir tan abultado historial con la misma dirección desde que abrieron. Y es que quizá hablemos de algo más que una tienda de discos. Un catalizador cultural, con más de 140 conciertos organizados y decenas de exposiciones y presentaciones. Parte de la educación musical (y sentimental) de varias generaciones. Se suceden las coyunturas, las modas, los estilos y las tendencias pasajeras, pero Discos Amsterdam permanece ahí, inalterable al paso del tiempo, tan reconocible como cuando abrió, pero siempre atenta a las últimas novedades que se abren paso en el mercado discográfico”, reza una nota remitida. Todo esto supone para su parroquia, la pasada, la presente, y —tal vez la más importante, y Vitoria confirma que la hay—, la futura.
Para saber más
«Vender discos es circunstancial; lo más importante es disfrutar hablando de música». Así es como resume Juan Vitoria las razones que le llevaron a montar en 1982 su propia tienda de discos. Un establecimiento que, ya nos avanza, jamás traspasará. «Esto nace y muere conmigo»