VALÈNCIA. La campaña gráfica para el 9 d’Octubre, Día de la Comunitat Valenciana, de 2018 ya tiene autor: Milimbo. El estudio valenciano será el encargado de poner imagen a la festividad, un nombre que se suma a la lista de creadores que han profesionalizado la campaña en los últimos años. Fue en 2017 cuando les fue asignado el diseño del cartel del Corpus Christi, un encargo del Ayuntamiento de València mediante el que rompieron con la estética imperante en años anteriores. Pero no solo este ámbito trabajan desde el estudio, pues hace apenas un par de meses sorprendieron a más de uno con la construcción de una ‘falla’ en el claustro del Centre del Carme, un serpenteante dragón bajo el lema ‘Principis de tardor’. 

Dotado con un presupuesto de 5.000 euros (más IVA), Milimbo ha sido el estudio elegido de entre una treintena de propuestas presentadas durante el proceso de selección. El jurado ha estado formado por profesionales miembros de la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana (ADCV), la Associació Professional d’Il·lustradors de València, ComunitAD-Empreses de Comunicació Publicitària de la Comunitat Valenciana, el Colegio Oficial de Publicitarios y Relaciones Públicas de la Comunidad Valenciana (COPRPCV), un representante de Presidencia de la Generalitat Valenciana y los autores de la imagen de 2017, Malota y Bestiola.

El proyecto de Milimbo completará así la colección de imágenes con las que se ha ‘vestido’ el 9 d’Octubre a lo largo de esta legislatura. Fueron la ilustradora Mar Hernández (Malota) y Jordi Ferrándiz (Bestiola) los encargados de realizar la campaña de 2017, una serie de ‘nueves’ –como viene siendo tradición en estos años- en este caso completado con elementos típicos de cada región de la Comunitat. Antes que ellos, el estudio Ladies & Gentlemen optó por la repetición de tres 9 que, en rojo, amarillo y azul, representaban las tres provincias: Castellón, Alicante y Valencia, a modo de mapa y sobre un fondo blanco. En 2015, por su parte, el estudio Gallén + Ibáñez presentaba los números superpuestos en tres tipografías -una gótica, una romana didona, y una de palo seco- con las que subrayaba “la longevidad de la celebración”.

El hecho de que Malota y Bestiola presentaran una colección de cuatro carteles no responde a una decisión artística sino a un cambio de paradigma por lo que respecta a la gestión del diseño interinstitucional. La duplicidad de campañas para comunicar un mismo evento generada entre Generalitat Valenciana, ayuntamientos y diputaciones llevó a la primera a liderar un proceso de ‘unificación’ de las mismas, compartiendo los autores de las campañas para los principales eventos festivos de la región. De esta forma, Malota y Bestiola generaron un cartel autonómico y tres versiones para las provincias, mientras que fue el Ayuntamiento de València quien se encargó de seleccionar a las autoras del cartel de Fallas –Estudio Yinsen- que después lo adaptarían para la Generalitat, como pasó con les Hogueres d’Alacant. La única excepción ha sido Castellón, que ha optado por continuar con la polémica fórmula del concurso, ampliamente criticada por los sectores profesionales.