El protagonismo inesperado de dos municipios de la provincia de Valencia menos poblada

VALÈNCIA. Domeño. Alrededor de 700 habitantes. Municipio diseminado en dos espacios, ubicado en la comarca de Camp de Túria, a unos 50 kilómetros de Valencia. Su alcalde, Francisco Gómez, gobierna la localidad con mayoría absoluta desde 2011.

Bellús. Unos 320 moradores. Población radicada en la Vall d´Albaida, a unos 90 kilómetros de la capital autonómica. Su alcaldesa, Susana Navarro, la dirige también desde 2011 e igualmente con la misma holgura de concejales.

Ambos militan en el PP, enarbolan la vara de mando de dos localidades con riesgo de despoblación que luchan por convertirse en atractivas para vivir y, desde hace escasos días, comandan también dos de los principales consorcios de residuos de la Comunidad Valenciana.

Presidente del Consorcio de Interior

Gómez fue escogido presidente del de Interior V-3, que agrupa 62 municipios de comarcas del centro y norte de la provincia, desde Camp de Turia a Requena-Utiel o Rincón de Ademuz. Con Navarro ocurrió lo propio en el Consorcio V-5 COR, con 93 términos municipales ubicados en comarcas del sur provincial como la citada Vall d´Albaida, la Costera o la Safor.

"A lo mejor es que no pagan mucho por el cargo", contesta con ironía Gómez al preguntarle por su elección por encima de alcaldes de su partido de localidades bastante más pobladas, como Requena, Bétera, La Pobla de Vallbona o Utiel.

Milita en el PP desde 1999, aunque se lanzó a la carrera política en 2011. Lo hizo, como sucede en los pequeños municipios, por una mezcla de vocación y pasión por la vida pública local. "No nací en Domeño, sino en Tuéjar, pero mi mujer sí y nos vinimos a vivir aquí", señala este ingeniero técnico mecánico con experiencia docente de 42 años y también dilatada en el ámbito público en Tavernes Blanques.

Su objetivo consiste en revitalizar Domeño, una población que en su anterior localización, antes de que fuera anegada para construir un embalse, llegó a contar con 1.500 habitantes en un término de 64 kilómetros.

Domeño nuevo, Domeño viejo

"De aquella época quedan los restos del castillo, que lo estamos intentando restaurar, del cementerio parroquial y de una pequeña barraca que queremos transformar en ermita", apunta Gómez, para recalcar que "los 700 vecinos actuales viven en la bolsa de seis kilómetros del Domeño nuevo en el término de Llíria".

El alcalde espera un crecimiento urbano que no termina de producirse. "Pensábamos que con el hospital de Llíria y el polígono habría más demanda, pero la construcción no se mueve", señala. En esta época la oferta laboral se centra "en la empresa Disber, que contrata a entre 200 y 300 personas para cestas de Navidad". No obstante, indica que "nos falta mano de obra. A veces hemos tenido que recurrir a vecinos de otros municipios para actuaciones del Ayuntamiento".

La agricultura tampoco tiene excesivo tirón, pese a que "hemos pasado de ser un secarral a casi un vergel", pues "existen muy pocos agricultores profesionales. Los hay que compatibilizan esa labor con su trabajo en otros ámbito".

Bellús y sus 320 habitantes

Bellús presenta algunas características similares. "Nuestra población de unos 320 residentes se mantiene estable", afirma su alcaldesa, Susana Navarro, también del PP y con mando local desde 2011. Gana con mayoría absoluta una elección tras otra, como su homólogo de Domeño.

"Hemos pasado años difíciles de despoblación, pero ahora, con las ayudas recibidas, estamos generando un municipio muy atractivo", destaca, para, acto seguido, desgranar sus cualidades. "Estamos a 20 minutos de la parada de tren de Xativa, con trayectos continuos a Valencia. Tardamos menos en llegar que algunos vecinos de la capital en desplazarse por la misma. A eso sumamos un precioso entorno natural que se ha apreciado más con la pandemia y el confinamiento", enumera.

"Contamos con agua, manantiales, parajes con encanto… y en un área de menos de 50 kilómetros disponemos de localidades con múltiples servicios como Gandia o Xátiva", relata la alcaldesa, que ofrece Bellús como lugar idílico para residir con un trabajo en alguno de los municipios antes citados o en otros. "Aquí no hay industria", apostilla.

Ímpetu, fuerza y manantiales

También hace hincapié en la dificultad que entraña la gestión de un municipio pequeño como el suyo. "Los alcaldes de este tipo de localidades estamos acostumbrados a trabajar con pocos recursos y con mucho ímpetu y fuerza, a superarnos continuamente por apenas disponer de medios", subraya.

Navarro ha logrado un hito relevante. "Nuestra tasa de reciclaje de residuos es del 80%. Hemos alcanzado ya los objetivos de la Agenda 2030. Somos modélicos en esa vertiente por la labor del Ayuntamiento y la concienciación de los vecinos", hace hincapié.

Esa gestión desarrollada ha influido en su elección como presidenta del poderoso Consorcio de Residuos V-5 COR. Además, procede del sector del plástico y de la limpieza, con una larga experiencia comercial y en el ámbito público.

Retos ante los residuos

Entre sus retos en el tratamiento de residuos en las comarcas que abarca remarca "la construcción de plantas propias y creación de la infraestructura necesaria para no tener que llevar lo nuestro a otros consorcios. Lo importante está por hacer".

Lo que sí que han hecho ya tanto Susana Navarro como Francisco Gómez, alcaldes de municipios que reflejan el día a día de la provincia de Valencia de interior menos poblada, es situar a Bellús y Domeño en el mapa político y de tratamiento de residuos autonómicos. De entre localidades mucho más populosas han conseguido que despunten las suyas por una circunstancia a priori inesperada aunque bastante significativa.