VALENCIA. Si la buena cocina tiene esa capacidad de ayudarnos a escapar de la realidad más inmediata, desde hace un año y medio la city financiera valenciana tiene una pequeña ventana a la que asomarse e imaginar que los buenos tiempos no han terminado. En la Calle Salvà 8, un pequeño local rodeado de las sedes bancarias fusionadas y fusionables, pero también de un buen número de bulliciosas oficinas, mirando a La Nau de la Universitat y la Plaza del Patriarca, Domèstic se ha convertido en el take away definitivo.
La suya no es -ni de lejos- la única propuesta take away en el centro de la ciudad, pero sí la única que se base en producto de mercado, técnicas que exploran criterios de alimentación saludables y, sobre todo, un precio honesto: 7 euros, medio menú para llevar, 8,5 euros; menú grande para llevar; 12 euros, un generoso menú para disfrutar en el local. Algo que parecía imposible que no existiera cuando aterrizó en ese corazón del área de negocios y que sigue sin respuesta aparente, al menos a este nivel.
Con una cocina central en la que, además de la comida para llevar se sirve una pequeña pero eficientemente atendida sala (unos 22 comensales), Domèstic también organiza pequeños encuentros privados, tales como cenas o algún cumpleaños. Su misión por alimentar al mercado laboral activo al mediodía (abiertos de lunes a sábado desde el mediodía hasta las cuatro y media de la tarde), les permite explorar otras áreas de negocio en las tardes o directamente el sábado noche o el domingo.
No obstante, en nuestro objetivo por encontrar cada semana soluciones para comer con fruición por debajo de 12,90 euros, lo relevante de la propuesta de Domèstic no pasa tanto por su precio o su ubicación, sino por su cocina sana y equilibrada y el sinfín de detalles en la propuesta. Por ejemplo, su pan de malta, obra del Horno y Pastelería Alfonso Martínez, un reducto de honestidad brutal en las masas, trabajando con harinas biológicas sin grandes alardes en su comunicación pero si un selecto club de devotos de su buen hacer (y acaso el mejor cruasán de Valencia). Por citar uno más, la botella de agua natural sobre la mesa, casi como una sugerencia saludable y sin coste. Por añadir un tercero, la integridad (nada casual) de no tener oferta de cafés.
Ensaladas, cocas, pasteles de pescado, arroces, cremas (o gazpachos en verano) y, en definitiva, una vitrina de cocina para llevar en la que se adivinan las tendencias -y formación- de su responsable, Pablo Almenar, en cocina macrobiótica o vegetariana. Es un punto de partida, donde prevalece el equilibrio calórico, tal y como se inició el proyecto Domèstic cuando empezó a operar en la Calle Alta a mediados de la pasada década. A lo ya dicho, caben recomendar a menudo distintas propuestas de legumbres o el cus cus.
Las técnicas sirven -como cualquier take away debería asumir como filosofía- con la intención de no interrumpir la jornada laboral y permitir reponer fuerzas sin renunciar al sabor. Una cocina natural, "llena de normalidad", resume Carla, su responsable en sala. Ambos celebran que "prácticamente, la totalidad de nuestros clientes son habituales. ¡Los hay hasta de diario!". A ello se suma también una condición indispensable: la "caótica" formulación de su menú, en la que "lo que hay en el mercado esa mañana es lo que marca lo que ofrecemos".
FICHA TÉCNICA
Nombre: Domèstic
Zona: Ciutat Vella - Centro
Teléfono de reservas: 963 81 35 00
Precio: 12 (en sala) con un entrante, principal, agua, pan, infusión o postre
Dónde está: Calle Salvá, 8
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