Las obras seleccionadas son 'Nobody will speak of us when we are dead', de María Carbonell y 'Zoosofias', de Paloma Pájaro
VALÈNCIA (EP). Las obras Nobody will speak of us when we are dead (2017), de María Carbonell, y Zoosofias (2018), de Paloma Pájaro, son las creaciones seleccionadas en la 14 Bienal Martínez Guerricabeitia del total de 20 piezas presentadas en el Museo de la Ciudad de València.
La Bienal Martínez Guerricabeitia celebra su decimocuarta edición bajo el lema Naufragios. De una veintena de obras de artistas procedentes de toda España, expuestas hasta el 22 de marzo en la galería, las creaciones de Carbonell y Pájaro son las encargadas de pasar a formar parte de la colección formada por más de 500 piezas.
Se trata del acontecimiento artístico universitario más longevo de la Comunitat Valenciana, consolidado como un sugestivo encuentro entre el público y las obras. Ambas se han mostrado agradecidas y sorprendidas al ser seleccionadas, destaca la Universitat de València (UV) en un comunicado.
En la 14 Bienal Martínez Guerricabeitia, comisariada por José Pedro Martínez (director de actividades de la Col·lecció Martínez Guerricabeitia), cada artista aborda desde su perspectiva y enfoque la idea de los naufragios de ideologías, proyectos materiales e inmateriales, iniciativas políticas, económicas y sociales, a diferentes escalas geográficas y humanas, optando por una amplia variedad de técnicas y apoyos para plasmar su visión.
Esta edición cuenta con la particularidad de que las dos obras seleccionadas están firmadas por mujeres, algo que adquiere gran importancia para sus protagonistas. "Me gustaría que la obra hablase por sí misma, no en géneros, pero hay que hacer un esfuerzo todavía en eso porque como mujer artista tienes que trabajar más para dar visibilidad a tu trabajo", cuenta Carbonell.
La obra Nobody will speak of us when we are dead, de esta murciana, plasma la historia de los refugiados para hablar a través de la pintura del fenómeno migratorio como única opción de supervivencia. Su composición gira en torno a las dificultades como única forma de supervivencia, porque "no hay más salida que mirar a otro lugar y eso implica dolor y pérdida desde el punto de partida".
La figura central es un padre con su hijo muerto de frío en brazos, con extremidades de cuerpos sin vida a su izquierda. Delante, una niña increpa con su mirada fija al espectador que, en ese momento, sabe que alguna cosa no cuadra. Una escena sufrida porque, como dice la protagonista, "no quería tratar el tema de una manera suave".
Por su parte, la pintura de la madrileña Paloma Pájaro plantea enigmas sobre la evolución e involución del ser humano, los paraísos artificiales y la capacidad para ser infelices. Un proceso continuo de construcción, destrucción y cambio porque "esta transformación no solo puede tener lugar en la confrontación con el mundo, en la asunción de una dialéctica no siempre amable con los otros". Como consecuencia de la política, es una reflexión en torno a la guerra humana utilizando a los animales como trasunto de lo humano".
Este año, el comité de selección estaba integrado por las galerías Artnueve (Murcia), Espai Tactel (València), Gema Llamazares (Gijón), La Gran (León), Pilar Serra (Madrid) y los críticos de arte contemporáneo Paula Achiaga, Susana de Blas, Ángel Calvo, Javier Castro y Regina Pérez.
La entrada es gratuita pero el aforo es limitado y es necesario reservar previamente