VALÈNCIA. La Asociación Naturalista de Ayora y la Valle (ANAV), integrada en la Coordinadora Valenciana por la Ubicación Racional de las Energías Renovables, está organizando una caravana de vehículos particulares que recorrerá el próximo 20 de mayo la comarca de norte a sur, con el propósito de concienciar a la población de que la instalación de grandes plantas fotovoltaicas traerá muchos más perjuicios que beneficios para sus habitantes.
El grupo ecologista está desarrollando desde 2020 una serie de acciones encaminadas a impedir que diversos grupos empresariales acaben construyendo en cinco de los siete municipios de la comarca (todos, excepto Cortes de Pallás y Teresa de Cofrentes) hasta 25 plantas fotovoltaicas, que cubrirían un total de 6.400 hectáreas de superficie efectiva y cuyos permisos han solicitado a la administración.
Se ha comunicado a la Delegación de Gobierno una afluencia prevista de una treintena de vehículos y un centenar de personas a bordo. A grandes rasgos, la caravana, que discurrirá por la N-330, la carretera que vertebra la comarca, iniciará su recorrido en Cofrentes. Los vehículos irán identificados con pegatinas y, si se quiere, tuneados. En la travesía del pueblo se retransmitirá por megafonía un discurso reivindicativo y voluntarios de ANAV repartirán octavillas y atenderán las posibles preguntas de los transeúntes. Después la caravana se dirigirá a las localidades de Jalance, Jarafuel, Teresa de Cofrentes y Zarra, donde se repetirán las mismas acciones, hasta desembocar en Ayora; aquí el itinerario recorrerá diversas calles para finalizar con un discurso en el parque de los Morerales.
El colectivo ecologista lamenta que el Valle de Ayora-Cofrentes no tenga a ojos de la administración otra consideración que la de ser una "zona de sacrificio" para la prosperidad general, "el sumidero al que van a parar las grandes infraestructuras que nutren de energía a las ciudades del litoral, pero que nadie quiere en su casa porque la afean". La central nuclear, siete parques eólicos -215 molinos- y el complejo hidroeléctrico de Cortes-La Muela, que comprende una presa, un embalse y tres centrales de generación, producen conjuntamente más de 10.500 GWh al cabo del año, el 60% de la energía que consume la comunidad autónoma, según exponen.
"Todo ello se ubica en la comarca, pero todavía no es suficiente: ahora quieren agregar las plantas fotovoltaicas, que generarían otros 1.152 MW de potencia y conllevarían la construcción de 165 kilómetros de nuevos tendidos eléctricos. Lo que no se tiene en cuenta es el impacto producido sobre la tierra –pretenden instalarse en las llanuras, el terreno más fértil y más apto para la actividad agropecuaria-, sobre la fauna –haciendo inviable su permanencia- y sobre el paisaje, que queda irreversiblemente alterado, lo que ahuyenta la actividad turística. Se trata así de una riqueza cuyos costes se quedan en el ámbito rural, mientras que el beneficio se esfuma hacia el urbano", alertan.
Además, Carmela Cerdá, miembro de ANAV y coordinadora comarcal de la campaña, insiste en que no es cierto que la instalación de los parques fotovoltaicos sirva para cambiar el modelo energético ni que estén utilizando las energías renovables para luchar contra el cambio climático. "Si de verdad fuera así las zonas de producción energética no estarían aquí sino en donde se consume, reduciendo los daños a la naturaleza y ahorrándose el transporte. Además, las renovables servirían para sustituir a las fuentes de energía convencional, pero no para sumarse a ellas, que es lo que está ocurriendo", afirma.