VALÈNCIA. Ferry Porsche dijo en su día que el Porsche 911 es “el único vehículo con el que se puede ir a un safari en África, competir en Le Mans e ir por las calles de Nueva York de camino al teatro”. Aunque quizá no lo pensaba literalmente, esta cita demuestra la versatilidad que le otorgaban al deportivo del siglo sus propios creadores. Hoy, esta idea es absolutamente real: con el 911 Dakar es posible lanzarse a pistas de tierra, arena y piedras y, si es necesario, incluso a ritmo de rallye.
Con este modelo, los diseñadores de Porsche han creado una obra de arte: es al mismo tiempo un coche deportivo en carretera y un todoterreno fuera de ella. La primera vez que demostró sus cualidades sin camuflaje fue en el desierto ubicado cerca de Springbok, en Sudáfrica. Hasta aquí llegó bien protegido en un camión para, finalmente, salir a rodar por pistas interminables. Pilotos experimentados, un Cayenne como coche cámara, equipación especial… Porsche dio lo mejor de sí en aquella primera sesión fotográfica.
El hecho de que el 911 Dakar se mueva por el desierto como pez en el agua se debe, en parte, a Frank-Steffen Walliser, que ocupó el cargo de Vicepresidente de las Gamas 911/718 hasta este otoño. Como actual Vicepresidente de Arquitectura Completa de Vehículos en Porsche AG, Walliser es responsable de la concepción técnica de todos los modelos Porsche. “El 911 Dakar ofrece grandes prestaciones, una excelente dinámica en carretera, un gran confort de suspensión y sensacionales aptitudes todoterreno”.
Esta maravilla de la técnica toma como base el 911 Carrera 4S (992), con un chasis optimizado y con el motor del 911 Carrera GTS. La suspensión Porsche Active Suspension Management (PASM) y otros sistemas de regulación del tren de rodaje se han adaptado a los requisitos de la conducción todoterreno: así, además de los modos de conducción ya conocidos, ahora se puede elegir también entre Rally y Offroad; también se han adoptado unos neumáticos todoterreno desarrollados en colaboración con Pirelli y se ha aumentado la altura libre al suelo en 40 milímetros. Por si no fuera suficiente, el 911 Dakar incorpora una función de serie que permite elevar la carrocería otros 30 mm adicionales.
Achim Lamparter, Director de Chasis del 911, explica que los diseñadores de Porsche buscaron “un funcionamiento óptimo del vehículo en cualquier lugar y en toda circunstancia”. Por eso, antes de su estreno en el desierto, se probó en condiciones extremas en pistas de rallye de Francia, así como en lagos helados de Laponia y en zonas desérticas de Dubái. Según Lamparter, las extensas jornadas de test durante el desarrollo “se adentraron en entornos donde un 911 nunca antes había accedido”. La experiencia adquirida con los modelos SUV de Porsche fue de gran ayuda en esta fase.
El programa de tests también incluía pruebas en condiciones de rallye. Romain Dumas, piloto de Porsche con varios Dakar a sus espaldas y dos veces ganador en Le Mans, tuvo la oportunidad de pilotar el 911 Dakar en el circuito del Château de Lastours, en el sur de Francia. El trazado de unos 80 kilómetros situado entre viñedos es muy popular entre los profesionales de los rallyes para realizar pruebas de fiabilidad en condiciones extremas. Dumas lo recuerda: “Cuando los ingenieros de Porsche me contaron que venían aquí, solo les dije: ¿Estáis seguros? ¡Solo vais a encontrar piedras y grava!”. Pero el 911 Dakar hizo honor a su nombre, como confirma Dumas, y superó las duras pistas con gran solvencia. “Hasta este momento era inimaginable conducir aquí un deportivo”, comenta.
La unión entre Porsche y los rallyes viene de lejos. La historia empezó en 1965, con la participación del 911 en el Rallye de Montecarlo, y continuó después en el Rallye Safari. El compromiso con este tipo de carreras culminó en la década de 1980 con la participación oficial de Porsche en el Rallye París-Dakar, que fue todo un éxito: René Metge y su copiloto Dominic Lemoyne consiguieron la victoria en la general con un 911 Carrera 3.2 4x4 Paris-Dakar (953) preparado especialmente para completar los 12.000 duros kilómetros de la competición.
Fue el primer 911 con tracción a las cuatro ruedas. El recorrido de la suspensión se amplió a 270 milímetros y se instaló una arquitectura de doble horquilla con dos amortiguadores en el eje delantero, y un eje reforzado con dos muelles helicoidales detrás. Dos depósitos adicionales -en el maletero y detrás del asiento del conductor- proporcionaban el combustible necesario. Además del dúo ganador, también tomaron la salida Jacky Ickx y Claude Brasseur. Tras quemar un cable, llegaron a caer con su 911 al puesto 139, pero remontaron hasta alcanzar la sexta posición. Aquel 911 fue el primer deportivo en imponerse en el legendario rallye.