VALÈNCIA. El acuerdo para que exista consenso en el congreso provincial del PSPV en la provincia de Valencia está cerrado. Al margen de las conversaciones pendientes en la elaboración de la próxima dirección, lo que parece haberse concretado es que el secretario de Organización federal, José Luis Ábalos, y su candidata -este viernes se presentó oficialmente- para liderar el partido en la provincia, Mercedes Caballero, no tendrán ninguna oposición desde el entorno del líder del PSPV, Ximo Puig, que se ha puesto como objetivo no abordar otro proceso interno que implique batalla.
Un acuerdo costoso: después de que desde el 'abalismo' se respaldara en julio la candidatura del alcalde de Burjassot, Rafa García, frente al propio presidente de la Generalitat en las primarias autonómicas del partido, el primer paso para evitar una nueva confrontación era hacer pedagogía dentro del 'ximismo' y no reeditar la batalla en la provincia. Una fase inicial que resultó compleja dado que algunas heridas entre estas sensibilidades son muy antiguas y, en otros casos, demasiado recientes.
Superada esta circunstancia, el objetivo fue dirigido a contener otras posibles candidaturas con ganas de disputar el proceso. Una de ellas fue la del presidente de la Diputación, Jorge Rodríguez, quien tras varias semanas de reflexión dio un paso atrás al no encontrar el respaldo de Puig y percibir un cierre de filas generalizado del entorno del presidente. La última intentona de alternativa, esta misma semana, fue la que protagonizó la plataforma Socialistas 3.0 liderada por el diputado provincial Bartolomé Nofuentes y que fue desactivada por el secretario de Organización del PSPV, José Muñoz, quien mantuvo una reunión con el colectivo para templar ánimos y abogar por la unidad en el proceso.
Ahora bien, ¿qué se desprende de este consenso? El camino queda libre para Caballero y para el propio Ábalos, quien hasta ahora mantiene el liderazgo provincial que heredará su leal colaboradora. Una plaza esta importante, más aún cuando cuenta el respaldo de Ferraz, que permitirá a esta corriente un protagonismo importante al menos durante los cuatro años de mandato orgánico. Es más, según admiten fuentes socialistas, la constancia de la que ha hecho gala el 'abalismo' en las dos últimas décadas ha sido proverbial. Si con el control de entre tres y cuatro distritos -según épocas- de la ciudad de València, ha venido influyendo de forma determinante en el destino del PSPV local y, a menudo, en el autonómico; ahora, con el poder provincial amarrado y el control de Organización en el ámbito federal, se abre una etapa más floreciente aún para este sector.
Quizá por ello existían tantas dudas -ya no solo en el 'ximismo' sino en otras familias socialistas- acerca de no plantear la batalla en el provincial. Sin embargo, y pese a que se han esgrimido causas como la delicada situación política por Cataluña, la realidad es que la prioridad se ha centrado en evitar una nueva batalla que salpicara a Puig y las relaciones del PSPV con Ferraz. Hay más causas, posiblemente secundarias: tratar con este consenso de que se allane el camino para que la concejal Sandra Gómez, afín al líder del PSPV, sea secretaria general del partido en València, o iniciar una alianza con el 'abalismo' de cara a la futura sucesión de Puig en el partido.
Y es que, curiosamente, en el ámbito orgánico al menos, es prácticamente seguro que el 'abalismo' sobrevivirá al propio Puig. El presidente de la Generalitat se comprometió a no presentarse de nuevo a un cargo orgánico, por lo que en 2021 -si se cumplen los plazos- dejará de ser secretario general: incluso es posible que deje de serlo antes si no consigue seguir al frente de la Generalitat en las elecciones de 2019. Caballero, por su parte, durará como mínimo algo más por los citados plazos y todavía estará liderando la provincia cuando se decida la sucesión de Puig. Ábalos, por su parte, deberá enfrentarse a un congreso antes, pero no son pocos los socialistas que consideran que se mantenga o no, su capacidad de influencia será suficiente para proteger a sus huestes en el PSPV.
Así pues, con este calendario, el 'ximismo' ha evitado una batalla que sin duda se antojaba dura y difícil. Está por ver, el tiempo hablará, si con esta maniobra Puig ha tejido una alianza de cierta consistencia o simplemente ha adquirido un compañero de viaje eventual con el que, a medio plazo, deberá medirse por el control del partido. Siguiente parada, los congresos comarcales del PSPV.
Por otro lado, en la tarde de este viernes tuvo lugar la reunión de la Comisión Ejecutiva Nacional del PSPV, donde además de anunciarse la venta de la sede de la calle Blanquerías, también se aprobó el reglamento para la convocatoria de congresos comarcales de la formación, "a través del cual lo que se pretende es continuar perseverando y, sobre todo, mantener el espíritu que siempre ha tenido el PSPV" respecto a "la organización de a través de las comarcas", explicó el portavoz del partido Jorge Rodríguez.
El reglamento está encaminado a "dar mucha importancia a la participación directa de la militancia", afirmó. "Lo que se hace en este reglamento es regular cómo van a convocarse estos congresos comarcales, pero también, sobre todo, introducir la elección directa de los secretarios generales de las comarcas con el voto directo de la militancia", explicó el dirigente socialista.