El quinto y último disco de la banda se publicará el próximo 20 de octubre en el sello Humo Internacional. Siete canciones que cierran una trayectoria impecable
VALÈNCIA. “Sí que hay futuro, pero es aterrador” es un verso con trazas de himno generacional. Es sincero, dramático y conecta con un sentimiento colectivo importante. Aunque Futuro Terror lleva el pesimismo pegado al nombre, lo cierto es que ninguna de sus canciones nos invita a mirar el mundo con sarcasmo o displicencia. Más bien al contrario, son una llamada a la acción: a estar alerta, a encontrarse, a pensar en problemas que no necesariamente nos afectan directamente, pero quizás sí a los demás. Es una de esas bandas que permanecen contigo para siempre, aunque se disuelvan.
Futuro Terror anunciaron su separación el pasado 26 de septiembre, pero nos dejan una asombrosa colección de canciones que conjugan la urgencia del punk con las melodías vocales infecciosas del mejor pop. En lugar de despedirse con una última gran gira, lo hacen anunciando un nuevo disco de siete canciones y un solo concierto de despedida, programado el 22 de diciembre en la sala Copérnico de Madrid.
El quinto y último LP de la banda se titula Presente y la portada es negra como la noche de los tiempos. “El proyecto de Futuro terror deja de tener sentido porque ese futuro distópico sobre el que hemos escrito tantas veces ya está aquí. Es nuestro presente -nos dice Jose Pazos, cantante y guitarrista-. Desde cosas como la Inteligencia Artificial; el auge de la ultraderecha o los disparos en la valla de Melilla, hasta la pandemia y experiencias como tocar delante de doscientas personas sentadas en sillas alineadas mirando el móvil”.
Del mismo modo que la portada se tiñe de negro, la música también se oscurece. Aparecen ritmos marciales inéditos hasta ahora en el grupo y riffs más angulosos y minimalistas. “Siempre me ha hecho gracia que se dijera de nosotros que hacíamos post punk, porque somos básicamente un grupo de pop -apunta Pazos-. En este disco, sin embargo, sí hay canciones que podrían describirse como post punk. Yo llevaba un tiempo bastante cansado de la fórmula de siempre, y además Nestor y yo siempre nos han gustado grupos como Protomartyr, que ha sido una de las influencias del disco”.
“Hubo una decisión premeditada de cambiar el estilo musical hacia el post punk -corrobora Óscar-, aunque hay cosas como el timbre de voz o la forma de escribir que siguen siendo totalmente identificables con Futuro Terror. Para mí el cambio fue un poco complicado, porque yo siempre he tenido un estilo más cercano al hardcore y al punk. Pero ha sido muy excitante hacer cosas que no había hecho nunca, como tocar una canción larga con el mismo ritmo, sin ningún cambio desde el principio hasta el final”.
El disco se gestó en dos momentos y lugares distintos. La mitad de las canciones se grabaron hace dos años con Alex Román en Harrisound (Alicante) y la otra mitad en Millenia (València) con Diego Escriche (La Plata), hace algo más de medio año. Jose Pazos se encargó de la mezcla de todas ellas. “No es que lo grabásemos sabiendo que nos íbamos a separar -señala el bajista Nestor Sevillano-, eso lo decidimos entre una grabación y otra”.
“Además de sentir que la fórmula de Futuro Terror estaba algo agotada, en la separación también ha tenido que ver el hecho de que he sido padre y ahora mismo no dispongo del tiempo que merece y requiere el grupo -cometa Pazos-. Cuando tienes un cierto éxito (y eso que el nuestro es muy limitado), las bandas parece que adquieran vida propia. Es un monstruo al que engordas, y que luego lo tienes que alimentar”.
Todas las letras de Futuro Terror están infiltradas de poesía, historia y principios políticos. En su repertorio hay muchas canciones de amor y desamor, pero también muchas otras -“El paso Dyatlov”, “Tonybee Idea”, “Aelita”, etc- que hablan de conflictos lejanos, recuerdan acontecimientos del pasado o rinden homenajes a personajes anónimos de la historia.
El último disco no es una excepción en este sentido. Hay una adaptación de “La Joven Guardia”, el himno de la Juventud Socialista Unificada (JSU), y un tema, “Leoncio Badía”, dedicado al republicano al que encargaron enterrar a los represaliados en las fosas comunes durante la represión franquista que sufrió la Comunitat Valenciana en las postrimerías de la guerra civil española. Leoncio guardaba fragmentos de elementos personales u objetos de cada cadáver con el objetivo de facilitar a las familias la identificación de los cuerpos en un futuro.
También hay una canción dedicada a los guerrilleros y las guerrilleras del Kurdistán. “Siempre me ha interesado mucho el tema de la guerrilla kurda -explica Pazos-. Es increíble cómo desde Turquía, y la connivencia de todo Occidente, se está masacrando a los kurdos. También que se le haya aplicado la ley antiterrorista a gente que ha ido allí a luchar contra el ISIS, solo porque lo han hecho junto al PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán)”.
“Le doy un millón de vueltas a las letras -reconoce Pazos-. No me gusta el recurso de la escritura automática ni el rollo dadaísta. Sí que es cierto que a veces juego a anotar lo primero que me venga a la cabeza -lo que el capitalismo llama brainstorming (ríe)-, y a partir de ahí empiezo a tirar del hilo. Pienso en temas que me preocupan; me pongo a leer más sobre ese tema; encuentro un artículo y saco una frase; abro un diccionario de rimas… Es un proceso muy elaborado que requiere un tiempo que ahora no tengo”.
Nos dice Jose que en Futuro Terror hay tres tipos de letras: “Algunas son resultonas porque van sobre algún tema que mola; luego hay otras más personales, que salen de dentro. Y luego hay otro grupo de letras, que normalmente son las mejores, en las que fusilo a mis poetas preferidos: a Panero, Blas de Otero, Gamoneda… Algunas de las primeras canciones bebían también mucho de Ballard”. “Sin ir más lejos, en este último disco, el final de la canción “Mundo real” está extraído de un poema de Blas de Otero. Dormir para olvidar / Morir para perder / Vivir para labrar / Luchar para ganar. Es la canción más distinta de todas las de Futuro Terror, porque es la primera vez en mi vida en la que no canto gritando”.
“En los últimos dos discos, las letras tienen como tema central la alienación -continúa- Vivimos en una etapa tan avanzada del capitalismo en la que la alienación ya empieza a tomar formas muy locas. Todo el mundo recupera ahora a Guy Debord y Foucault porque es impresionante la razón que tenían al hablar de que todo es un simulacro, un teatrillo. Todo eso es evidente, pero a mí lo que me interesa es hablar de lo real. Piensa en la señora ecuatoriana que está cuidando de una anciana y cuando esta se muere, ella se queda sin trabajo y sin casa a los 65 años y con los alquileres a mil euros. Esa señora no vive ningún tipo de simulacro. A ella le dan igual la Inteligencia Artificial y la adicción a las pantallas. No puede ir a un gastrobar disfrazado de taberna, porque no tiene dinero para ello. No puede formar parte del espectáculo, porque está fuera. Y hay muchísima gente en esa situación. Hay veces que nos olvidamos de que somos trabajadores, pero con comodidades, y tendemos a olvidarnos de que esas realidades están ahí”.
Futuro Terror se formó en 2012 en Alicante. En esta primera fase -a la que pertenecen los discos Futuro Terror LP (Discos Humeantes, 2014) y Su Nombre Real Es Otro (B Core, 2016)- el grupo estaba integrado por Jose Pazos, Nestor Sevillano y Joan Caturla. Esta combinación -guitarra/voz, bajo y batería- no ha cambiado nunca. Las etapas del grupo las marcaron los bateristas.
Héctor Bardisa imprimió mucho estilo al grupo, tanto en los directos como en la grabación de Precipicio (B Core, 2017). Este fue un disco clave porque marcó la transformación de Futuro Terror en una banda de culto nacional; con una base de seguidores no multitudinaria, pero muy devota. Tenemos la suerte de haber tenido un público muy fiel que no nos ha seguido por subirse a ninguna tendencia”, apunta Jose.
La tercera etapa de Futuro Terror comienza con la entrada de Óscar Mezquita (miembro de grupos como Zanussi, Derrota, Típex, Cuello, etc), con el que han grabado dos discos: Sangre (Humo, 2020) y Presente (Humo, 2023). “Entrar en el grupo fue una alegría muy grande para mí porque me gustaban mucho y sabía que funcionaban bien -cuenta Óscar-. Pero a la vez fue muy duro para mí los primeros meses sustituir a un batería flipante como Héctor, que siempre he admirado y se me caía la baba al verle tocar en directo. Aparte de ser muy técnico, tiene muchísima energía y un estilazo que flipas. Así que, como te puedes imaginar, sustituirle fue complicado. Yo creo que me exigía demasiado al principio; quería intentar hacer lo que hacía él, y tuve que abandonar esa idea. Poco a poco la cosa se fue normalizando y acabamos adaptando las canciones a la forma que tengo de tocar. Para mí el balance de este periodo en Futuro Terror ha sido brutal. De hecho yo seguiría, me da muchísima pena que se acabe la banda”.
“En cuanto a la discografía -continúa Óscar-, te podría decir que mi disco favorito es Precipicio, porque tiene un sonido bastante especial y además tiene cuatro canciones que ya por sí solas lo convierten en una obra maestra: “Aelita”, “El Paso Dyatlov”, “Precipicio” y “Urgentes”. Pero tengo que decir que Sangre me parece también un disco alucinante”.
“Si hago balance de la trayectoria del grupo, me quedaría con la mitad. Tengo muy buenos recuerdos de cuando empezamos a tocar a tope, coincidiendo con la entrada de Héctor. -confiesa Nestor-. El disco que coincide con esa época, Precipicio, es del que más satisfecho estoy. Futuro Terror empezó como un proyecto de Jose en realidad y aunque las letras siempre han seguido siendo suyas, a partir de ese momento el resto de miembros empezamos a contribuir más al proceso de composición”.
¿Y cuáles son sus canciones preferidas, las que más disfrutan tocando? “Las que más me gustan son las que ponen a cantar a todo el mundo: “Insectos”, “Urgentes”, “Salir de aquí”, “María Orsi”, “Aelita”, contesta Nestor, que también toca en La Culpa, Morenas, Segundo Aviso y su proyecto personal Yorchh.
“Los primeros discos son muy frescos. Nestor y yo estábamos muy metidos en el rollo del punk irlandés de los setenta, con grupos de punk muy pop como Rudi, The Outcasts o Protex. Tampoco teníamos ninguna presión a nivel creativo, éramos tres colegas haciendo canciones y ya está -recuerda Pazos-. Precipicio es el disco con el que Futuro Terror pegó un cierto salto. Estábamos en un momento vital de tensión, y eso se nota (para bien) en el disco”. “Para mí decirte cuál es mi disco preferido de Futuro Terror me resulta muy difícil, pero te digo que Presente es el primer disco que hago en mi vida que lo escucho y pienso que está muy bien hecho. Puedes decir que es nuestro disco de madurez” (risas).
Óscar y José Pazos continuarán tocando juntos en Aurora Roja, nuevo proyecto de pop que cuenta con Paula Guillem en el bajo. “Estamos aún dándole forma -indica Pazos-. Está bastante influido por el pop australiano, que es lo que más escucho en los últimos años. Bandas como Dick Diver (que me los descubrió Nestor, por cierto) o Boomgates.