VALÈNCIA. El angel fund R2 impulsado en 2019 por diferentes family office, mayoritariamente valencianos, y que se apoyó para su creación en Keith Ventures -firma especializada en estructurar inversiones exclusivas para family office y corporates- ha finalizado su periodo de inversión con excelentes resultados en el ámbito de compañías del entorno tecnológico y de innovación.
A lo largo de estos años han invertido en proyectos como Beemine, Narrativa, Cerium Technologies, Cryptotechfin, ESAT o Kenmei Technologies, entre otros, buscando siempre un criterio de entrar con participaciones superiores al 5%. Ahora, en la fase de salida, los resultados arrojan una revalorización de cerca del 30% del porfolio.
Detrás de estas inversiones se encuentra la inquietud de una iniciativa empresarial y de family office que tiene la voluntad de invertir en tecnología de manera ordenada apostando proyectos con sólidas perspectivas de crecimiento, un componente elevado de innovación y la búsqueda de la generación de riqueza para el territorio.
Así, en el consejo de administración donde se toman las decisiones de inversión del Angel Fund R2 se sientan algunas de las familias valencianas con mayor tradición empresarial que decidieron invertir de manera conjunta confiando en Keith Ventures para ello. Entre las familias que forman parte del Consejo de administración destacan: Greland de la familia Gregory, Invext de la familia Royo, Sergio Terol (presidente del Consejo), Kaiho de Quique Calabuig; así como diferentes entidades en representación de más familias como José Carrasco de Edetania Patrimonios o Floren González de Delta Asesores. Otros accionistas relevantes son: Noel Belloch Carrasco de Sairacaz S.L.U, los empresarios Vicente Llácer Ripoll y Salvador Andrés y Naitsabes Consultores, S.L., entre otros.
La estrategia de inversión de Angel Fund R2 se ha diferenciado desde un inicio por evitar las grandes rondas del circuito start up y buscar la consolidación del portfolio. Para obtener estos resultados, el equipo gestor explica que han invertido “en empresas innovadoras que estuvieran buscando facturar, generar empleo y riqueza, huyendo de proyectos cortoplacistas y apostando por la seguridad de planes de negocio sólidos. Esto nos ha permitido encontrar empresas innovadoras con su perfil de riesgo, pero siempre tratando de acotarlo al máximo” señalan.
Entre sus últimas operaciones más destacadas destacan la de ESAT, escuela pionera que nació en 2006 para ofrecer estudios especializados en programación, arte, diseño de videojuegos y diseño interactivo digital, “hablamos -explican- de uno de los centros de formación más relevantes de España en su sector que cuenta con una proyección internacional muy potente. Nuestro objetivo es ayudarles en la expansión de su modelo formativo de éxito”.
Pero este no es el único caso de éxito de Angel Fund R2. Otro ejemplo es Beemine, compañía de cosmética que elabora productos derivados del CBD, con unos crecimientos en los dos últimos años de más de 100% anual o el caso de Kenmei Technologies en 2021 donde, dentro del período de inversión, lograron multiplicar por tres la rentabilidad de la operación.
Santiago Royo, consejero de Angel Fund R2 señala que “ir de la mano de Angel Fund nos permite entrar en el ámbito tecnológico de manera sindicada con otras familias, compartiendo el riesgo y las decisiones de inversión, en un entorno estructurado y fortaleciendo la gestión”.
A lo largo del 2023, a pesar del clima mundial de incertidumbre, se están confirmando todas las tendencias que apuntan en la dirección de que el ecosistema startup ha tenido un frenazo al no basarse en fundamentos ni tener criterios empresariales básicos. Desde Angel Fund R2 creen que el hecho de ser una compañía emergente no debe estar reñido con buscar desde un inicio una rentabilidad y un crecimiento sano, "ese es el perfil de compañías que por las que apostamos nosotros" explican, anticipando la tendencia del nuevo paradigma en el venture capital que es el de impulsar compañías que persigan generar un EBITDA positivo en 3 años.
En ese escenario, los family office tienen mucho que aportar, ya que poseen una experiencia empresarial sólida y cada año van tomando más relevancia en el ecosistema inversor tecnológico, aportando un punto de vista racional a las compañías de reciente creación que permitan crear un ecosistema sostenible de inversión en tecnología acorde con el modelo económico del tejido productivo nacional.
Un riesgo elevado, pero un futuro prometedor. Las grandes familias de la Comunitat Valenciana han iniciado el desembarco en la inversión de proyectos innovadores de reciente creación. ¿Moda pasajera?