VALÈNCIA. El Ateneo de Valencia será la primera institución valenciana en tener un programa completo de compliance, que asegura el cumplimiento de la normativa legal y ética más estricta, ofreciendo una política de transparencia absoluta a todos sus socios, según afirma en un comunicado la organización que preside Carmen de Rosa.
La reforma del Código Penal exige a todas las empresas diseñar e implantar sistemas y políticas corporativas de prevención de comportamientos no ajustados a la legalidad vigente.
Carmen de Rosa, presidenta del Ateneo, ha fijado como uno de sus grandes objetivos "abrir de par en par las puertas y ventanas de la institución y convertir su gestión en un edificio de cristal absolutamente transparente", asegura el comunicado.
Para la presidenta, "tras hacer públicos los resultados económicos del equipo de gobierno, auditados de forma voluntaria por un ente independiente, queremos dar un paso más y convertir al Ateneo en la primera organización representativa de la sociedad civil valenciana que se compromete a garantizar la política de transparencia más vanguardista existente en estos momentos".
Para ello la institución ha firmado un contrato con el prestigioso despacho Das Compliance, especializado en planes de preservación de las políticas de transparencia.
Según Yolanda Martínez, abogada responsable de Das Compliance Valencia, "el compliance o cumplimiento normativo consiste en establecer las políticas y procedimientos adecuados y suficientes para garantizar que una empresa, en este caso el Ateneo, incluidos sus directivos, empleados y socios, cumplen con el marco normativo aplicable. Dentro del marco normativo no han de considerarse únicamente las normas legales, como leyes y reglamentos, sino que también deberían incluirse en el mismo las políticas internas, los compromisos con clientes, proveedores o terceros, y especialmente los códigos éticos que la institución se haya comprometido a respetar, pues existen multitud de casos en los que una actuación puede ser legal pero no ética. Por eso el Ateneo demuestra su absoluto compromiso con las políticas de transparencia más rigurosas".
El compliance nace en el mundo empresarial anglosajón, más concretamente en el sector financiero, que tradicionalmente ha estado sometido a una regulación bastante rigurosa. En las entidades financieras surge la necesidad de asegurarse el cumplimiento con toda la normativa, bastante compleja en ocasiones, y con sanciones muy altas en caso de incumplimiento, por lo que comienzan a emplear a departamentos dedicados en exclusiva a asegurar el cumplimiento, deslindándolos del área de asesoría legal que hasta entonces era la encargada de esa función. La regulación cada vez más profusa y exigente no se limita al sector financiero, sino que se extiende a otros muchos sectores de la economía, que también empiezan a interesarse en implementar sus propios planes de compliance.
En España este moderno concepto de compliance llega con algo más de retraso. En un comienzo, son las empresas con matrices situadas en el extranjero las que prestan atención a esta nueva figura por ser algo prácticamente intrínseco a su cultura corporativa. Otras empresas, nacionales pero con importantes conexiones internacionales, también deben implementar planes de compliance para proporcionar seguridad a sus socios extranjeros. Tras estas empresas early adopters, la función de compliance se comenzó a extender a todo el sector empresarial español, e incluso las pequeñas y medianas empresas son cada vez más conscientes de su importancia.