VALÈNCIA. El destino del hotel Sidi Saler parece escrito: el derribo. El Ayuntamiento de València descarta que el otrora complejo de lujo pueda destinarse a otro uso, después de que la concejalía de Actividades haya decidido finalmente retirar la licencia de actividad del establecimiento vigente desde 1999 por su inactividad. Pese a las peticiones vecinales de buscar un nuevo uso al edificio, la caducidad del permiso supone, según diversas fuentes consistoriales, bloquear cualquier otra actividad en el enclave por su irregular situación urbanística.
"No se le puede dar otro uso", admiten desde la propia concejalía de Actividades, que dirige la edil Lucía Beamud, donde explican que en principio únicamente podría haber continuado teniendo un uso hotelero. El problema, señalan, es que "ya lleva sin actividad muchos años", y por ello se ha procedido a declarar la caducidad el permiso municipal de actividad, en virtud de la normativa vigente.
Según la ley, la caducidad se puede declarar cuando la actividad "se paralice por plazo superior a dos años, excepto en casos de fuerza mayor". Algo constatable si se tiene en cuenta que el complejo hotelero lleva clausurado desde 2011. Y aunque la propiedad ha intentado reabrirlo desde hace al menos tres años, lo cierto es que la situación urbanística irregular de edificio hace muy difícil llevar a cabo una reforma integral, necesaria por su estado de degradación.
El edificio se encuentra, actualmente, fuera de ordenación urbanística. En román paladino: la realidad no está reflejada en los planos. Por eso, la normativa impide conceder licencias de obras para la rehabilitación o la reforma que vayan más allá del mero mantenimiento. Una situación en la que, según explican las mencionadas fuentes, "solo cabe el derribo" del edificio.
En ese sentido, recuerdan que el inmueble está en el ámbito de los Planes de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) y los Planes Rectores de Uso y Gestión (PRUG) de la Generalitat, ambos en revisión, por lo cual se aplica el régimen de protección preventiva de la normativa de espacios naturales.
Algo que confirman también desde la concejalía de Urbanismo, que encabeza Sandra Gómez, donde se asume que es "muy complicado" emplear las instalaciones para un uso diferente debido al planeamiento y a que, cabe recordar, el edificio depende de una concesión demanial de la Demarcación de Costas, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, al ubicarse en dominio marítimo-terrestre. ¿Podría modificarse el planeamiento para incluir el edificio? Sí, pero en el departamento municipal no creen que Costas accediera a esa modificación.
Así pues, todo apunta a que será muy complicado impulsar cualquier otro uso en el edificio, de manera que se desestimaría la posibilidad de reutilizar el inmueble como residencia de mayores, como reclamaban los vecinos de la asociación de de la Devesa de El Saler, que encontró el apoyo del Consejo de Enfermería de la Comunitat Valenciana (CECOVA), cuyo presidente, Juan José Tirado, quien plantea "un centro de referencia autonómica para la atención de mayores".
Con su propuesta aboga por cambiar el concepto actual de atención y procurar la interacción entre la sociedad y el espacio-hotel para evitar los guetos residenciales que permita, a la vez, la configuración de un lugar de investigación gerontológica pionero, según el Consejo de Enfermería. Y sería un centro público gestionado, bien por los servicios municipales, bien por la Conselleria de Políticas Inclusivas, o mediante una concesión a una empresa, ante la carencia de plazas de geriátricos públicos.
La idea fue apoyada tanto por el PP, como por el PSPV y Ciudadanos. Aunque ahora, los socialistas, tras la caducidad de la licencia, admiten que la situación urbanística es complicada y que es muy difícil que se pueda desarrollar un proyecto como el mencionado. Por su parte, la portavoz del PP, María José Català, aseguró que se ha "perdido una oportunidad única para reactivar económicamente la zona y dotar de más servicios a los vecinos que en enero ya mostraron su oposición a demoler el Sidi Saler".
El portavoz de Ciudadanos, Fernando Giner, insistió en la iniciativa de la residencia para mayores y recordó la propuesta de Ciudadanos para crear una comisión mixta para analizar el futuro del enclave, que fue rechazada por el gobierno municipal de Compromís y PSPV. Así, considera que ambos partidos entonces "se quitaron la careta y demostraron que su única intención era ver el Sidi Saler hecho escombros, sin pararse a pensar que el remedio podría ser peor que la enfermedad. ¿O es que quieren correr el riesgo de convertir el cordón dunar de la playa en una escombrera?"
Giner criticó que se haya tomado la decisión "sin tan siquiera escuchar a los vecinos de la zona, que llevan años pidiendo con urgencia servicios públicos en el entorno". Y aunque, apunta, la concesión depende del Gobierno central, "al ver que esas licencias municipales no se van a otorgar, creo que ha llegado el momento de que sea el Ayuntamiento quien se siente a hablar con el Ministerio para poner en regla todas las condiciones y explorar la posibilidad de convertir el Sidi Saler en un uso dotacional". Concretamente, una residencia "puesto que faltan más de 6.000 plazas en Valencia”, aseveró.
Por su parte, el alcalde en funciones y portavoz de Compromís en el Ayuntamiento, Carlos Galiana, defendió este martes que la "apuesta" del gobierno municipal es "lo lógico", "por la recuperación ambiental" del espacio puesto que "se encuentra en una zona de especial protección" al haberse construido "de un cordón dunar que se destruyó en los años 70 y principios de los 80".
Todo ello hay que hacerlo, dijo, "sobre todo" en un contexto "en que hay que preparar la costa ante los efectos del cambio climático, como ya estamos viendo". Con todo, sobre la recuperación del espacio, Galiana recordó que el edificio "es propiedad es del Estado, en el espacio de dominio público marítimo terrestre y por lo tanto no de una propiedad municipal".