VALÈNCIA (EP). El Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra ha decidido mantener los tipos de interés en el 0,75% en su reunión en vísperas de la retirada del Reino Unido de la Unión Europea, que sirve también de despedida a Mark Carney como gobernador de la institución, que ha revisado a la baja sus expectativas de crecimiento para 2020 y los próximos años.
Los ejecutivos Jonathan Haskel y Michael Saunders volvieron a desmarcarse de los otros siete miembros del Comité al votar por tercera reunión consecutiva a favor de un recorte de 25 puntos básicos de la tasa rectora de la libra, hasta el 0,50%.
Por contra, los miembros del Comité del BoE votaron en bloque a la hora de mantener en 10.000 millones de libras esterlinas (11.856 millones de euros) la emisión de reservas del banco central para financiar la compra de deuda corporativa, así como de continuar con el programa de 435.000 millones de libras esterlinas (515.749 millones de euros) de compra de bonos soberanos.
En su análisis, la entidad señala que los indicadores más recientes sugieren la estabilización del crecimiento global, reflejando en parte la relajación de las tensiones comerciales y el alivio significativo de la política monetaria de varios bancos centrales.
Asimismo, a nivel doméstico, el Banco de Inglaterra aprecia una bajada de las incertidumbres a corto plazo que enfrentan hogares y empresas, incluyendo una recuperación de los indicadoras de inversión, así como de los datos del mercado inmobiliario y de confianza de los consumidores, aunque el banco continuará vigilando estrechamente su evolución.
A pesar de la menor incertidumbre, la institución ha revisado a la baja sus proyecciones de crecimiento, que apuntan ahora a un crecimiento 0,7% este año, medio punto menos de lo anticipado en noviembre, mientras que para 2021 y 2022 ha recortado un cuarto de punto su estimación, hasta el 1,5% y el 1,7%, respectivamente.
"La política monetaria se fijará para garantizar un retorno sostenible al objetivo de inflación del 2%", ha señalado el banco central británico, que mantiene la puerta a apoyar con una rebaja de los tipos la recuperación de la economía del Reino Unido si empeorasen los indicadores de actividad, mientras que, si por el contrario, la economía se recupera en línea con lo previsto, "podría necesitarse algún modesto endurecimiento" para mantener la inflación de forma sostenible hacia el objetivo.
Mark Carney dejará el próximo 15 de marzo la presidencia del Banco de Inglaterra, que ocupa desde 2013, y será reemplazado a partir del 16 de marzo por Andrew Bailey, actual presidente de la Autoridad de Conducta Financiera (FCA), el supervisor de los mercados del Reino Unido.
La próxima reunión del Comité de Política Monetaria de la Vieja dama de Threadneedle Street está fijada para el próximo 26 de marzo.
Andrew Bailey, de 60 años de edad, ha sido designado para un periodo de ocho años y se convertirá así en el gobernador número 121 en los 325 años de historia del Banco de Inglaterra y en el noveno desde la nacionalización de la entidad en 1946.
Como gobernador del Banco de Inglaterra, Bailey cobrará un salario anual de 495.000 libras (580.110 euros), el más alto entre los grandes bancos centrales, superando con creces los algo más de 400.000 euros del salario anual del presidente del Banco Central Europeo (BCE) y los 203.500 dólares (183.000 euros) del sueldo de Jerome Powell en la Reserva Federal de EEUU.